La Navidad llegó nuevamente a mi vida
A mis 20 años y reconociendo que biológicamente soy adulta, no espero ningún regalo. Pero eso no me hace no desearlo... extraño el misterio dentro de las bolsas con dibujos de ositos o estrellas, la duda de si será lo que tanto esperaba y la espera por mis familiares con bolsas de diversos tamaños.
Lo sé, el pensamiento es infantil, pero... no puedo evitar recordar eso al ver estallar los fuegos artificiales en el cielo, eso es lo único que tal vez no ha cambiado tanto a través de los años.
Las doce de la noche...
mi pequeña familia se saluda, subimos el techo a oír explotar todos los fuegos artificiales, a pesar de contaminar el ambiente y asustar a mi perro, no puedo negar que se ven hermosos.
Bajamos a pedido de mi madre para saludar a los vecinos, una tradición que cada año es mucho más sencilla, porque los mismos ya no suelen saludarnos mucho desde que comenzamos a crecer.
Al salir veo a mi pequeña vecina de enfrente, no estaba nada diferente de como la recordaba, su madre por otro lado ya cargaba a otra pequeña niña sobre sus brazos, no recordaba que se pudiera crecer tan rápido. Pero puedo recordar, como si fuera un deja vu las palabras de mi madre al cotorrearme el chisme del nacimiento de la pequeña Andrea. "Ya nació la bebe, acaban de llevar a la señora al hospital", había olvidado que eso había ocurrido has medio año.
Saludo a su animado esposo y a Bruno, un vecino que tiene casi mi edad, no puedo llevarme bien con la gente de mi edad por eso solo lo saludo y procuro irme a la puerta de mi casa. Al volver a la puerta, veo que sale otra persona de la casa de Bruno, un anciano a quien yo recordaba bien, era su abuelo.
El anciano, que siempre me saludaba con una sonrisa cálida, me hizo contener un pequeño alarido que afortunadamente nadie notó. Me acerqué nuevamente a la casa, y lo saludé con cuidado. ¿Cuando envejeció tanto? ¿Cuando comenzó a caminar tan lento? ¿Porque no me había percatado de este cambio?
Lo sé, no era muy unida a mis vecinos. Pero con ese anciano, siempre me había agradado conversar. Pero... ¿Hace cuanto fue eso? No lo recordaba, pero sabía que hacía mucho tiempo que ya no lo veía.
Su cuerpo estaba ligeramente encorvado, su cabeza un poco más saliente y apenas lograba caminar, parecía como si hubiese envejecido tanto y tan rápido que no podía dejar de observarlo, pero siempre con cuidado para que las otras personas no se percataran de mi asombro. Saludaba a los otros vecinos que se nos aproximaban, sintiendo que era el saludo más vació que podía dar y recibir.
Al volver a la puerta de mi casa y observar como los vecinos terminaban de saludarse y tomarse fotos, escuchaba ligeros murmullos de mi madre diciendo "Pobrecito" o "Se ve bien acabadito". Yo al verlo desde lejos sentía mucha pena, tenía ganas de huir. Lo sé, no abre sido la persona más cercana, pero... no podía evitar querer llorar. De lejos me vio observarlo y sonrió, y yo hice lo mismo. No podía soltar palabra, estaba haciendo lo imposible por no lagrimear, solo pude levantar la mano y saludarlo de lejos
Hasta ahora no entiendo bien porque sentía tanta tristeza, tal vez por ver su fragilidad o la probabilidad de que en algún momento pudiera fallecer o...
Tenía que pasar para comer, la leche se enfriaba, pero antes de irme voltee para observar nuevamente al único amigo que había tenido en mi vecindario.
miércoles, 25 de diciembre de 2013
jueves, 21 de noviembre de 2013
Walk
¿Oye a dónde estas llendo?
Hace poco tiempo leí en un artículo que a veces, era bueno tener una pequeña voz interior que te cuestionará a ti misma y a tus acciones.
¿Que ya no lo habías olvidado?
-Sí, pero...
En ese artículo, se mencionaba sobre como esta voz podía hacerte notar tus errores.
No corras!- me gritaba mi voz interior
-Perdón, pero...
La verdad era, que no sabía porque lo seguía. Solo quería alcanzarlo, había pasado caminando velozmente a mi lado. Pero seguirlo no era bueno.
A pesar de saber esto, seguí corriendo detrás suyo.
¿Que vas a lograr con esto?- continuaba replicando
-No lo sé
Ya faltaba poco, estaba llegando hacia él.
Ya no escuchaba la voz interior, era mi propio furor por no recaer en lo pasado.
-!Espera! -grité. Lo sujete del brazo. Y detuvo su camino.
-Lo siento estoy ocupado- y continuó caminando. Solo continuó caminando.
Te lo dije
Hace poco tiempo leí en un artículo que a veces, era bueno tener una pequeña voz interior que te cuestionará a ti misma y a tus acciones.
¿Que ya no lo habías olvidado?
-Sí, pero...
En ese artículo, se mencionaba sobre como esta voz podía hacerte notar tus errores.
No corras!- me gritaba mi voz interior
-Perdón, pero...
La verdad era, que no sabía porque lo seguía. Solo quería alcanzarlo, había pasado caminando velozmente a mi lado. Pero seguirlo no era bueno.
A pesar de saber esto, seguí corriendo detrás suyo.
¿Que vas a lograr con esto?- continuaba replicando
-No lo sé
Ya faltaba poco, estaba llegando hacia él.
Ya no escuchaba la voz interior, era mi propio furor por no recaer en lo pasado.
-!Espera! -grité. Lo sujete del brazo. Y detuvo su camino.
-Lo siento estoy ocupado- y continuó caminando. Solo continuó caminando.
Te lo dije
domingo, 11 de agosto de 2013
Fanfic - Gintama
Esta historia es puramente para mi gusto... de hecho ni siquiera la he planeado... y ni siquiera estoy haciendo un borrador; es solo mía y no necesito que nadie más la entienda. Para todos los fans de Gintama
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Kamui iba muy en serio... ¿desde cuando Kagura se había hecho tan fuerte? o tal véz...
-Déjame en paz! -gritaba Kagura, mientras esquivaba los ataques de su hermano- creí que nunca te había llamado la atención pelear con alguien menos fuerte que tú.
-Ese es el problema... -los ojos de Kamui bañados en sangre por una fisura en la frente se mostraron agresivos- ¡¿como te has hecho tan fuerte?!
Los ataques eran constantes, cada vez más feroces. Kagura a pesar de no tener heridas abiertas tenía moretones en la mayor parte del cuerpo, no podía moverse con facilidad. Shinpachi y Gintoki tenían trabajo que hacer, quizás ni se había percatado de lo que pasaba en la Yorozuya.
A pesar de no estar cerca, el Shinsengumi notó el humo proveniente de la explosión, habían hecho un enorme agujero en el techo del Yorozuya y se podía observar toda la pelea. Kagura no podía huir.
Otra explosión. El Shinsengumi había localizado el lugar, el Yorozuya. Sabía que esa gente era extraña pero jamás hubo explosiones de esa magnitud.
Al llegar una persona vestida de rojo salió despedida de lo que quedaba de la Yorozuya y chocó fuertemente con la casa de al frente.
-Oye! -gritó Hijikata al verla. Pero una explosión lo detuvo cuando iba a ir a ayudarla, una persona saltó despedido del techo de la casa.
-Ni se te ocurra meterte -dijo Kamui- ella es mi presa. La típica sonrisa no se perdía, era casi escalofriante.
Otra explosión, pero esta vez de una basuca. Muy cercana a Kamui pasó la bala, pero el rostro del muchacho no perdía esa sonrisa siniestra.
-¿Que crees que estás haciendo? -una voz fría de un Okita que pocos habían visto resonó tras el estallar de la basuca -Creí que esa muchacha era tu hermana.
-Sougo... -Hijikata a penas podía creerlo, su voz era fría y esos ojos, eran comunes cuando estallaba en furia.
Piedras y maderos cayeron de la casa donde había caído Kagura. Poco a poco se levantaba, estaba levemente ensangrentada.
-Si estás tan preocupado por ella, te aconsejo que te alejes... nuestra sangre nos llama a pelear. Puede que yo sepa controlarla hasta cierto punto pero.... si su sangre despierta puede que no vivas mucho.
-Ella siempre ha intentado matarme, no habrá mucha diferencia.
Sin que nadie se percatara Okita ya había desfundado su espada y había salido a atacar a Kamui, pero este ya lo había detenido.
-Me llamas la atención muchacho... -decía, mientras sostenía su paraguas resistiendo el peso de la espada- eres más veloz de lo que parecías.
-No solo él.
HIjikata empezaba a atacar desde atrás, Kamui simplemente volteo y lo envió hacia lo que quedaba del bar de Otose, Okita trató de safarse de la presión del paraguas... pero no podía liberarse.
-Te lo digo yo... si te acercas mucho a nosotros terminarás muerto. No me interesan los débiles como tú, pero esta chica se ha vuelto más fuerte últimamente, solo han pasado dos años y eso es más que imposible. No puedo resistir pelear con ella. -su sonrisa tranquila desapareció y unos ojos furiosos lograron apartar a Okita.
Kamui golpeó al muchacho solo usando las piernas y preparó su paraguas para asestar el golpe final, pero otro paraguas lo impidió.
-No metas a otras personas, creí que solo querías pelear conmigo -dijo alejándolo y colocándose delante del muchacho.
-Ehh... si era tu novio me lo hubieras dicho antes pequeña hermana, no sería justo asesinarte delante de él.
-Creí que estabas inconsciente... -decía el muchacho que yacía tirado en el piso- tienes demasiadas heridas.
-No te incumbe, molestas. Vete.
-No -dijo levantándose poco a poco- no soy tan poco hombre como para dejar a una dama en apuros.
-Veo que te gusta observar la sangre derramada. Si deseas morir solo muere -dijo sarcásticamente el hermano mayor de Kagura.
Kamui fue directamente a atacarlo, pero esta vez Okita pudo contrarrestarlo -La última vez ver a la chica china tirada me impacto, pero...- Kamui observó su brazo que sangraba -como sé que está bien no dejaré que le hagas más daño.
Okita desenvainó su espada rápidamente y comenzó a atacarlo, a pesar de su velocidad, Kamui era demasiado fuerte. El sonido de los ataques que se asestaban entre ellos era potente. ¿Dónde estaban Gintoki y Shinpachi? Kagura tenía heridas graves, al parecer los golpes habían sido mas fuertes de lo que parecían, pero continuaba de pie, no podía dejar que nadie saliera herido.
-Interesante... eres fuerte...
-Tu también -la sonrisa de Okita mostraba codicia, el también ansiaba pelear con alguien así de fuerte.
-Pero... mi oponente no eres tú. -Kamui lo tiró de tal manera que pareció que una bomba estalló en los alrededores. El muchacho no podía levantarse.
-Kagura, ves lo que causas... haces que tu príncipe se dañe. Agradece que no lo he matado.
Kagura solo observaba, esperaba que se le curarán al menos buena parte de sus moretones, los yato pueden curar sus heridas con velocidad.
-Tu querías pelear conmigo ¿no?. Que esperas.
Era cierto, Kagura había mejorado mucho en sus técnicas de ataque, estaba al nivel de su hermano mayor. Los ataques eran sucesivos y rápidos, Okita solo observaba herido la batalla, al parecer Hijikata no había podido recuperarse del brutal ataque.
-Esa... niña... -el mismo Okita estaba sorprendido, no solo de la pelea sino también de las risas que soltaba ese sujeto de cabello rojo cada vez que era golpeado
-Jajaja! parece que la fuerza es hereditaria, dime hermanita ¿cómo lo lograste? -decía mientras Kagura lo sostenía contra la pared con la mano sobre su cuello.
-Kamui... ¿porque esto es tan importante? -el rostro de Kagura mostraba tranquilidad, ella...- ¿que tiene de bueno solo pelear?
-Jajaja... ¿me lo dices a mí? -el muchacho sostuvo el brazo de su hermana con una mano y con el otro puño le asestó un golpe en el brazo que hizo resonar sus huesos- entonces dime ¿porque te hiciste tan fuerte?
Su hermano la lanzó justo hacía donde estaba Okita con una patada que no pudo esquivar. Un fuerte bum! resonó y el lugar se llenó de humo.
-Si dices que no es importante entonces no luches, si dices que no es necesario entonces no lo uses -poco a poco una sonrisa sangrienta se acercaba hacia donde estaba Kagura- pero tú necesitas de eso para vencerme... se que si sigo atacándote me la mostrarás, no querrás que mate a tus amigos ¿cierto?
-Vaya... eso explica el porque de tus débiles ataques -Okita estaba de pie frente a la espesa nube de humo, él había amortiguado la caída de Kagura.
-Oh... estabas vivo. Los samurais en verdad son muy interesantes.
Okita estaba herido, sangre brotaba de su brazo y escupía sangre.
-No me subestimes.
Atacó con su espada junto con el otro espadachín, Hijikata había reaccionado y empezaron a atacarlo, las espadas y el paraguas resonaban continuamente el Shinsengumi no podía con semejante fuerza, el Yato era mucho más poderoso que ellos juntos. Las espadas golpeaban más el paraguas, no lograban rozar al muchacho, el golpe de Hijikata asestó cerca del abdomen de Kamui , pero al acercarse para atacar bastó con que abriera la sombrilla para empujarlos contra el bar de Otose y dejarlos inconscientes.
-Eh, ¿ya murieron?
Una madera cayo fuertemente sobre el brazo de Kamui atravesándolo. Pero la sonrisa del muchacho no desaparecía.
-Dé...jalos... Déjalos... Déjalos!
Una lluvia de maderos comenzaron a asestar contra el muchacho, este rápidamente los esquivaba, y se iba acercando.
-Falta poco, tus ojos están cambiando hermana- Y le asestó un golpe en el abdomen, sangre brotaba de su boca- Si los hiero más ¿te liberarás?
Kagura sujetó el brazó de su hermano lo levantó hacia el aire y con una patada lo lanzó lejos del Yorozuya, con un saltó llegó hasta donde estaba Kamui levantó su rostro y le dio un fuerte cabezazo, una y otra vez otro golpe con el brazo que no estaba herido. Sostuvo su paraguas se levantó por los aires y le rompió una pierna a su hermano con la punta del paraguas. Un grito insonoro. Una sonrisa malévola. El muchacho se levantó y le dio un cabezazo a la muchacha el cual la volvió a llevar hacia el Yorozuya.
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Kamui iba muy en serio... ¿desde cuando Kagura se había hecho tan fuerte? o tal véz...
-Déjame en paz! -gritaba Kagura, mientras esquivaba los ataques de su hermano- creí que nunca te había llamado la atención pelear con alguien menos fuerte que tú.
-Ese es el problema... -los ojos de Kamui bañados en sangre por una fisura en la frente se mostraron agresivos- ¡¿como te has hecho tan fuerte?!
Los ataques eran constantes, cada vez más feroces. Kagura a pesar de no tener heridas abiertas tenía moretones en la mayor parte del cuerpo, no podía moverse con facilidad. Shinpachi y Gintoki tenían trabajo que hacer, quizás ni se había percatado de lo que pasaba en la Yorozuya.
A pesar de no estar cerca, el Shinsengumi notó el humo proveniente de la explosión, habían hecho un enorme agujero en el techo del Yorozuya y se podía observar toda la pelea. Kagura no podía huir.
Otra explosión. El Shinsengumi había localizado el lugar, el Yorozuya. Sabía que esa gente era extraña pero jamás hubo explosiones de esa magnitud.
Al llegar una persona vestida de rojo salió despedida de lo que quedaba de la Yorozuya y chocó fuertemente con la casa de al frente.
-Oye! -gritó Hijikata al verla. Pero una explosión lo detuvo cuando iba a ir a ayudarla, una persona saltó despedido del techo de la casa.
-Ni se te ocurra meterte -dijo Kamui- ella es mi presa. La típica sonrisa no se perdía, era casi escalofriante.
Otra explosión, pero esta vez de una basuca. Muy cercana a Kamui pasó la bala, pero el rostro del muchacho no perdía esa sonrisa siniestra.
-¿Que crees que estás haciendo? -una voz fría de un Okita que pocos habían visto resonó tras el estallar de la basuca -Creí que esa muchacha era tu hermana.
-Sougo... -Hijikata a penas podía creerlo, su voz era fría y esos ojos, eran comunes cuando estallaba en furia.
Piedras y maderos cayeron de la casa donde había caído Kagura. Poco a poco se levantaba, estaba levemente ensangrentada.
-Si estás tan preocupado por ella, te aconsejo que te alejes... nuestra sangre nos llama a pelear. Puede que yo sepa controlarla hasta cierto punto pero.... si su sangre despierta puede que no vivas mucho.
-Ella siempre ha intentado matarme, no habrá mucha diferencia.
Sin que nadie se percatara Okita ya había desfundado su espada y había salido a atacar a Kamui, pero este ya lo había detenido.
-Me llamas la atención muchacho... -decía, mientras sostenía su paraguas resistiendo el peso de la espada- eres más veloz de lo que parecías.
-No solo él.
HIjikata empezaba a atacar desde atrás, Kamui simplemente volteo y lo envió hacia lo que quedaba del bar de Otose, Okita trató de safarse de la presión del paraguas... pero no podía liberarse.
-Te lo digo yo... si te acercas mucho a nosotros terminarás muerto. No me interesan los débiles como tú, pero esta chica se ha vuelto más fuerte últimamente, solo han pasado dos años y eso es más que imposible. No puedo resistir pelear con ella. -su sonrisa tranquila desapareció y unos ojos furiosos lograron apartar a Okita.
Kamui golpeó al muchacho solo usando las piernas y preparó su paraguas para asestar el golpe final, pero otro paraguas lo impidió.
-No metas a otras personas, creí que solo querías pelear conmigo -dijo alejándolo y colocándose delante del muchacho.
-Ehh... si era tu novio me lo hubieras dicho antes pequeña hermana, no sería justo asesinarte delante de él.
-Creí que estabas inconsciente... -decía el muchacho que yacía tirado en el piso- tienes demasiadas heridas.
-No te incumbe, molestas. Vete.
-No -dijo levantándose poco a poco- no soy tan poco hombre como para dejar a una dama en apuros.
-Veo que te gusta observar la sangre derramada. Si deseas morir solo muere -dijo sarcásticamente el hermano mayor de Kagura.
Kamui fue directamente a atacarlo, pero esta vez Okita pudo contrarrestarlo -La última vez ver a la chica china tirada me impacto, pero...- Kamui observó su brazo que sangraba -como sé que está bien no dejaré que le hagas más daño.
Okita desenvainó su espada rápidamente y comenzó a atacarlo, a pesar de su velocidad, Kamui era demasiado fuerte. El sonido de los ataques que se asestaban entre ellos era potente. ¿Dónde estaban Gintoki y Shinpachi? Kagura tenía heridas graves, al parecer los golpes habían sido mas fuertes de lo que parecían, pero continuaba de pie, no podía dejar que nadie saliera herido.
-Interesante... eres fuerte...
-Tu también -la sonrisa de Okita mostraba codicia, el también ansiaba pelear con alguien así de fuerte.
-Pero... mi oponente no eres tú. -Kamui lo tiró de tal manera que pareció que una bomba estalló en los alrededores. El muchacho no podía levantarse.
-Kagura, ves lo que causas... haces que tu príncipe se dañe. Agradece que no lo he matado.
Kagura solo observaba, esperaba que se le curarán al menos buena parte de sus moretones, los yato pueden curar sus heridas con velocidad.
-Tu querías pelear conmigo ¿no?. Que esperas.
Era cierto, Kagura había mejorado mucho en sus técnicas de ataque, estaba al nivel de su hermano mayor. Los ataques eran sucesivos y rápidos, Okita solo observaba herido la batalla, al parecer Hijikata no había podido recuperarse del brutal ataque.
-Esa... niña... -el mismo Okita estaba sorprendido, no solo de la pelea sino también de las risas que soltaba ese sujeto de cabello rojo cada vez que era golpeado
-Jajaja! parece que la fuerza es hereditaria, dime hermanita ¿cómo lo lograste? -decía mientras Kagura lo sostenía contra la pared con la mano sobre su cuello.
-Kamui... ¿porque esto es tan importante? -el rostro de Kagura mostraba tranquilidad, ella...- ¿que tiene de bueno solo pelear?
-Jajaja... ¿me lo dices a mí? -el muchacho sostuvo el brazo de su hermana con una mano y con el otro puño le asestó un golpe en el brazo que hizo resonar sus huesos- entonces dime ¿porque te hiciste tan fuerte?
Su hermano la lanzó justo hacía donde estaba Okita con una patada que no pudo esquivar. Un fuerte bum! resonó y el lugar se llenó de humo.
-Si dices que no es importante entonces no luches, si dices que no es necesario entonces no lo uses -poco a poco una sonrisa sangrienta se acercaba hacia donde estaba Kagura- pero tú necesitas de eso para vencerme... se que si sigo atacándote me la mostrarás, no querrás que mate a tus amigos ¿cierto?
-Vaya... eso explica el porque de tus débiles ataques -Okita estaba de pie frente a la espesa nube de humo, él había amortiguado la caída de Kagura.
-Oh... estabas vivo. Los samurais en verdad son muy interesantes.
Okita estaba herido, sangre brotaba de su brazo y escupía sangre.
-No me subestimes.
Atacó con su espada junto con el otro espadachín, Hijikata había reaccionado y empezaron a atacarlo, las espadas y el paraguas resonaban continuamente el Shinsengumi no podía con semejante fuerza, el Yato era mucho más poderoso que ellos juntos. Las espadas golpeaban más el paraguas, no lograban rozar al muchacho, el golpe de Hijikata asestó cerca del abdomen de Kamui , pero al acercarse para atacar bastó con que abriera la sombrilla para empujarlos contra el bar de Otose y dejarlos inconscientes.
-Eh, ¿ya murieron?
Una madera cayo fuertemente sobre el brazo de Kamui atravesándolo. Pero la sonrisa del muchacho no desaparecía.
-Dé...jalos... Déjalos... Déjalos!
Una lluvia de maderos comenzaron a asestar contra el muchacho, este rápidamente los esquivaba, y se iba acercando.
-Falta poco, tus ojos están cambiando hermana- Y le asestó un golpe en el abdomen, sangre brotaba de su boca- Si los hiero más ¿te liberarás?
Kagura sujetó el brazó de su hermano lo levantó hacia el aire y con una patada lo lanzó lejos del Yorozuya, con un saltó llegó hasta donde estaba Kamui levantó su rostro y le dio un fuerte cabezazo, una y otra vez otro golpe con el brazo que no estaba herido. Sostuvo su paraguas se levantó por los aires y le rompió una pierna a su hermano con la punta del paraguas. Un grito insonoro. Una sonrisa malévola. El muchacho se levantó y le dio un cabezazo a la muchacha el cual la volvió a llevar hacia el Yorozuya.
domingo, 21 de julio de 2013
Hate
No lo negaré, me siento sola
No lo negaré, estoy triste
Esto me está haciendo daño...
sinceramente espero que hoy (ya pasaron de las doce) sea un mejor día
tu... no quiero comenzar con las quejas absurdas las cuales creo que todos conocen bien
Quiero dejar de pensar en él
Por favor...
Solo una vez... quisiera ser correspondida
por favor...
Nunca... ¿verdad?
Ya se que uno no debe esperarlo... pero ya perdí toda esperanza...
Te odio... por ilusionarme con lo más simple
Te odio... porque haces lo mismo con todas
Te odio... porque me haces sentir culpable
Me odio... por aún no olvidarte
No lo negaré, estoy triste
Esto me está haciendo daño...
sinceramente espero que hoy (ya pasaron de las doce) sea un mejor día
tu... no quiero comenzar con las quejas absurdas las cuales creo que todos conocen bien
Quiero dejar de pensar en él
Por favor...
Solo una vez... quisiera ser correspondida
por favor...
Nunca... ¿verdad?
Ya se que uno no debe esperarlo... pero ya perdí toda esperanza...
Te odio... por ilusionarme con lo más simple
Te odio... porque haces lo mismo con todas
Te odio... porque me haces sentir culpable
Me odio... por aún no olvidarte
lunes, 27 de mayo de 2013
Scare
A estar sola
a quedarme sola
a ayudar a todo el mundo a avanzar y yo no hacerlo
cuanto tiempo me quedaré allí?
quisiera tantas cosas
las cuales ya perdí esperanza de obtener
Al miedo
al olvido
a la tristeza
hoy no hay nadie
entre tantas personas conectadas, se que no puedo decirle esto a nadie
Yo, me siento mal, triste y sola. Y no puedo pedirle ayuda a nadie.
viernes, 3 de mayo de 2013
Look after you
Si no hablo ahora seguramente me arrepienta como
si dejase abandonado lo unico que quiero
Perdona la urgencia pero corre y espera
Mi corazón ha empezado a romperse
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
Hay ahora, amor eterno, tan pocos vienen y no se van
Serás, no serás, la chica que siempre conocí
Cuando estoy perdiendo el control la ciudad gira a mi alrededor
Eres la única que sabe calmarme
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
Si hubo alguna duda
El amor que me hace sentir
Me deja confiar
Ella es seguridad
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
Siempre está y nunca espera
Has empezado a sentir
Lo mío es tuyo, tómalo o dejalo
Lo mío es tuyo, cógelo
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
si dejase abandonado lo unico que quiero
Perdona la urgencia pero corre y espera
Mi corazón ha empezado a romperse
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
Hay ahora, amor eterno, tan pocos vienen y no se van
Serás, no serás, la chica que siempre conocí
Cuando estoy perdiendo el control la ciudad gira a mi alrededor
Eres la única que sabe calmarme
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
Si hubo alguna duda
El amor que me hace sentir
Me deja confiar
Ella es seguridad
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
Siempre está y nunca espera
Has empezado a sentir
Lo mío es tuyo, tómalo o dejalo
Lo mío es tuyo, cógelo
Oh, oh, oh
Oh, oh, oh
Se mi chica
Oh, oh, oh
Me ocuparé de ti
Important
-¿Que estas haciendo?
La pequeña levantó su mirada perdida, nadie le había dirigido la palabra en mucho tiempo.
-Espero -fue lo único que dijo al ver el rostro de la joven, y volvió a mirar hacia el suelo.
-¿A quién? -preguntó la joven, pero la pequeña no respondió.
Se detuvo un rato en su intento, y dirigió la mirada hacia todos lados quizá buscando a algún familiar de la pequeña niña.
-¿Hace cuanto estás aquí?
Esta vez, la pequeña solo respondió un -mucho- sin levantar la cabeza.
-¿Porque esperas a alguien que te olvido aquí?
La niña dio un respiro para demostrar la sorpresa con la que la había tomado tal afirmación.
-Por que, puede que en algún momento se acuerde de mí y vuelva, si yo me voy y no me encuentra, podría no volver a verlo nunca -dijo entre llantos.
-Pero tendrá que buscarte, si eres importante.
-Creo que ya no lo soy, porque sino no me hubiera olvidado aquí -decía mientras estrujaba sus ojos llorosos
-Si crees eso, ¿porque no te vas?
-Porque si me voy, puede que este más sola que antes.
-Pequeña.... -decía entre susurros mientras acariciaba su cabello- no puedes vivir de una falsa esperanza, mucha gente que pasa por aquí está preocupada por ti.
-No es cierto, nadie me ve -susurró.
-Yo te veo -afirmó, y fue lo que logró que la niña levantará la mirada hacia ella.
-Pero... ¿y... si vuelve...? - la pequeña decía sin parar de llorar.
-Cuando alguien te considera muy importante, no te deja esperando ni un solo momento- dijo la joven sentándose en cuclillas para lograr observar mejor a la niña- si esa persona no llega, no la esperes más. Se que pronto encontrarás a alguien, que no te olvide.
-No quiero esperar otra vez, ya no más.
-No tendrás que esperar más, porque llega cuando no lo esperas.
Mientras decía estás palabras, la joven cargó a la pequeña entre sus brazos, y la sacó fuera de la muchedumbre de gente.
-O eso fue lo que me contó -dijo el hombre que le narraba a su hija una historia antes de dormir-
-¿La pequeña niña volvió al lugar de su eterna espera? -preguntó a su padre.
Este sonriendo la besó en la frente y la acobijo en su cama.
-Se lo preguntaré cuando vuelva a casa, tu madre siempre me deja a la mitad de sus historias.
La pequeña levantó su mirada perdida, nadie le había dirigido la palabra en mucho tiempo.
-Espero -fue lo único que dijo al ver el rostro de la joven, y volvió a mirar hacia el suelo.
-¿A quién? -preguntó la joven, pero la pequeña no respondió.
Se detuvo un rato en su intento, y dirigió la mirada hacia todos lados quizá buscando a algún familiar de la pequeña niña.
-¿Hace cuanto estás aquí?
Esta vez, la pequeña solo respondió un -mucho- sin levantar la cabeza.
-¿Porque esperas a alguien que te olvido aquí?
La niña dio un respiro para demostrar la sorpresa con la que la había tomado tal afirmación.
-Por que, puede que en algún momento se acuerde de mí y vuelva, si yo me voy y no me encuentra, podría no volver a verlo nunca -dijo entre llantos.
-Pero tendrá que buscarte, si eres importante.
-Creo que ya no lo soy, porque sino no me hubiera olvidado aquí -decía mientras estrujaba sus ojos llorosos
-Si crees eso, ¿porque no te vas?
-Porque si me voy, puede que este más sola que antes.
-Pequeña.... -decía entre susurros mientras acariciaba su cabello- no puedes vivir de una falsa esperanza, mucha gente que pasa por aquí está preocupada por ti.
-No es cierto, nadie me ve -susurró.
-Yo te veo -afirmó, y fue lo que logró que la niña levantará la mirada hacia ella.
-Pero... ¿y... si vuelve...? - la pequeña decía sin parar de llorar.
-Cuando alguien te considera muy importante, no te deja esperando ni un solo momento- dijo la joven sentándose en cuclillas para lograr observar mejor a la niña- si esa persona no llega, no la esperes más. Se que pronto encontrarás a alguien, que no te olvide.
-No quiero esperar otra vez, ya no más.
-No tendrás que esperar más, porque llega cuando no lo esperas.
Mientras decía estás palabras, la joven cargó a la pequeña entre sus brazos, y la sacó fuera de la muchedumbre de gente.
-O eso fue lo que me contó -dijo el hombre que le narraba a su hija una historia antes de dormir-
-¿La pequeña niña volvió al lugar de su eterna espera? -preguntó a su padre.
Este sonriendo la besó en la frente y la acobijo en su cama.
-Se lo preguntaré cuando vuelva a casa, tu madre siempre me deja a la mitad de sus historias.
martes, 30 de abril de 2013
Wait
Había una vez, una pequeña niña que estaba perdida.
La vi a los lejos entre una multitud que crecía y crecía. Cada vez, era más imposible localizarla.
Al principio la observé muy asustada, miraba hacia todos lados, parecía buscar a alguien pero no encontraba lo que buscaba. Me pareció verla gritar, pero la gente no la observaba, todos tenían una vida diferente, caminos diferentes y preocupaciones diferentes, que eran de mayor importancia que la niña.
No se si habrá llorado, ya que en un momento la perdí de vista.
Al abrirse un pequeño espacio entre tanta gente la volví a observar, después de mucho rato ya, pero había cambiado.
Me di cuenta de que su mirada se encontraba dirigida hacia el piso, ya no buscaba a nadie, o tal vez perdió las esperanzas de encontrar a alguien. Ya no buscaba nada, su mirada baja demostraba su derrota. Ahora solo parecía esperar, esperar algo que había perdido las esperanzas de hallar. Solo estaba quieta.
La multitud de gente me arrastró hacia otro lado, muy lejos de la niña, perdiéndola de vista otra vez y esta vez sin volverla a encontrar.
Me preguntó si seguirá allí. La pequeña que a pesar de haber perdido las esperanzas, continua esperando.
La vi a los lejos entre una multitud que crecía y crecía. Cada vez, era más imposible localizarla.
Al principio la observé muy asustada, miraba hacia todos lados, parecía buscar a alguien pero no encontraba lo que buscaba. Me pareció verla gritar, pero la gente no la observaba, todos tenían una vida diferente, caminos diferentes y preocupaciones diferentes, que eran de mayor importancia que la niña.
No se si habrá llorado, ya que en un momento la perdí de vista.
Al abrirse un pequeño espacio entre tanta gente la volví a observar, después de mucho rato ya, pero había cambiado.
Me di cuenta de que su mirada se encontraba dirigida hacia el piso, ya no buscaba a nadie, o tal vez perdió las esperanzas de encontrar a alguien. Ya no buscaba nada, su mirada baja demostraba su derrota. Ahora solo parecía esperar, esperar algo que había perdido las esperanzas de hallar. Solo estaba quieta.
La multitud de gente me arrastró hacia otro lado, muy lejos de la niña, perdiéndola de vista otra vez y esta vez sin volverla a encontrar.
Me preguntó si seguirá allí. La pequeña que a pesar de haber perdido las esperanzas, continua esperando.
viernes, 12 de abril de 2013
Call me
Comenzó como un sentimiento
Que se convirtio en una esperanza
Que entonces se convirtio en un pensamiento tranquilo
Que entonces se convirtio en una palabra tranquila
Y entonces esa palabra crecio mas fuerte y mas fuerte
Se trata de un grito de batalla
Voy a volver
Cuando me llames
No hay necesidad de decir adios
Que se convirtio en una esperanza
Que entonces se convirtio en un pensamiento tranquilo
Que entonces se convirtio en una palabra tranquila
Y entonces esa palabra crecio mas fuerte y mas fuerte
Se trata de un grito de batalla
Voy a volver
Cuando me llames
No hay necesidad de decir adios
jueves, 11 de abril de 2013
Hanging on
Sabes que podemos escapar,
Ya que estoy clamando tu nombre,
A diario, siento este dolor,
Pero tú sólo te das la vuelta y te vas.
Nooo...
No puedo seguir aferrándome, a tí y a mí.
No sé que anda mal, contigo y conmigo.
Me tocas y después te vas,
Pones las manos, al fuego,
Dime si sientes este dolor,
Porque no quiero ser una bola y una cadena,
nooo...
No puedo seguir aferrándome, a tí y a mí.
No sé que anda mal...
No puedo seguir aferrándome, a tí y a mí.
Contigo y conmigo
Contigo y...
Ya que estoy clamando tu nombre,
A diario, siento este dolor,
Pero tú sólo te das la vuelta y te vas.
Nooo...
No puedo seguir aferrándome, a tí y a mí.
No sé que anda mal, contigo y conmigo.
Me tocas y después te vas,
Pones las manos, al fuego,
Dime si sientes este dolor,
Porque no quiero ser una bola y una cadena,
nooo...
No puedo seguir aferrándome, a tí y a mí.
No sé que anda mal...
No puedo seguir aferrándome, a tí y a mí.
Contigo y conmigo
Contigo y...
Space
Con la universidad y mis trabajos no he podido actualizar mi página pero me esforzaré por actualizarla un poquito más. :D
Hay tanto que deseo publicar, demasiado la verdad. Ya no solamente historias donde en muchas representaba personas que influían mucho en mi vida, sino que también muchos sueños que tenía.
Le agregaré un toque personal, todos los títulos de mis pequeñas historias siempre han sido en inglés, y a menos de que suceda algo muy grande o algo realmente importante no lo colocaré en español.
Las historias que tengan como título un número, serán escenas que he vivido muy de cerca, y que a pesar de ser pequeñas, no dejan de revolotear por mi cabeza como pájaros buscando salir de la jaula.
Así será el orden de mis historias o crónicas, espero que les agrade mi pequeño espacio ^^
Hay tanto que deseo publicar, demasiado la verdad. Ya no solamente historias donde en muchas representaba personas que influían mucho en mi vida, sino que también muchos sueños que tenía.
Le agregaré un toque personal, todos los títulos de mis pequeñas historias siempre han sido en inglés, y a menos de que suceda algo muy grande o algo realmente importante no lo colocaré en español.
Las historias que tengan como título un número, serán escenas que he vivido muy de cerca, y que a pesar de ser pequeñas, no dejan de revolotear por mi cabeza como pájaros buscando salir de la jaula.
Así será el orden de mis historias o crónicas, espero que les agrade mi pequeño espacio ^^
domingo, 7 de abril de 2013
Place
- Salgamos a algún lado -me dijo inesperadamente, quedé en shock- Disculpa si es algo apresu...
- Si -respondí interrupiendolo, talvez la respuesta salio de mi boca con unos dos segundos de retraso
Se acercó hacia mí y me susurró al odío "Te espero en Plaza de Armas a las 5", mi cuerpo se estremeció, nunca me habían invitado a salir.
Se fue caminando directo a su clase, hace solo un momento Rodrigo me había invitado a salir, mi primera cita, me repetía mientras caminaba. ¿Y ahora....?
Que horrible pregunta se plantea en la cabeza de los principiantes, esa duda metódica del no saber que hacer ante una situación por la que nunca has pasado antes.
¿Que me pongo?¿En donde exacatmente lo espero?¿Y si llego muy tarde?¿Que haré cuando llegue?
¿Porque me invito?
Esa, esa era la pregunta; solo había visto en las peliculas el hecho de que un chico popular invite a una chica timida al baile, claro que en este caso es a Plaza de Armas; aún así nunca creí que me pasara a mí.
Con tantas preguntas, no pude dormir esa noche.
- Tengo unas ojeras fatales -me repetí a mi misma en el espejo- Me pregunto si alguien querría prestarme maquillaje, aunque tampoco se usarlo. Bueno eso no era relevante.
Las horas pasaban muy lentas hasta la hora fijada, tan lentas, tan lentas, tan... lentas, tan...
Recuerdo muy bien el haberme quedado dormida, y recuerdo el sueño también.
- Fer... fer... fernanda... -oía a mi madre decir
- ....¿...Que...?¿Que?
- Son las 6:30...
- ¡¿Qué?!¡No!
Me ví en el espejo, y todo estaba destruido, la ropa ajada, el cabello despeinado, todo....
Debía intentar.... ¿ir?
Mi casa quedaba muy cerca de Plaza, casi 5 minutos, no importa... iré
¿Estaría allí? -me preguntaba mientras corría- de seguro ya se habría ido, todo, todo lo arruiné. Empezó a llover, y mientras la lluvia caía mas fuerte mi paso comenzaba a detenerse.
- Es... imposible que este.... ahí...- murmuré para mí, levanté la mirada y pude contemplar su rostro mojado al lado de la catedral.
Estaba ahí; mojado por la fuerte lluvia, con una camisa roja manga larga, con unos jeans que ahora eran negros y una mirada pensativa que observaba el suelo.
Subí una por una las escaleras de la catedral; mi falda se había ensucidado de tanto correr, mi blusa que por suerte era azul no paso la msima suerte que los zapatos blancos, mi cabello estaba suelto y mojado. Nada más.
Ahí estaba yo, subiendo las escaleras de la catedral, poco a poco mientras no despegaba mi mirada de su rostro sin gesto.
- Rodrigo... -lo llamé en voz baja, no tenía cara para verlo después de haberlo hecho esperar una hora y treinta minutos
Levanto la mirada, y sonrió. Se acercaba a mi poco a poco...
- Me alegra que estes bien -fue lo último que dijo antes de caer sobre mí, tenía mucha fiebre.
Lo llevé a mi casa para que descansara, lo que no fue nada fácil porque todo el mundo creía que lo secuestraba y me contó al muy peculiar:
"Yo llegué a la catedral a las 6 de la tarde, me quedé dormido; ya que la noche anterior no pude conciliar el sueño. Creí que te habías ido..., creí que ya no ibas a volver... creí que lo había arruinado todo"
Sonreí ante esta situación tan peculiar, no solo era yo la del temor, sino que también él. Todo este tiempo, el había estado pensando en mí. Y le respondí:
"Yo soñe contigo, soñé pensando en mi realidad perfecta, por eso no quise despertar. Pero, aunque esta realidad no sea la perfecta de mi sueño, quiero que estes siempre conmigo para disfrutar la imperfección del mundo"
- Si -respondí interrupiendolo, talvez la respuesta salio de mi boca con unos dos segundos de retraso
Se acercó hacia mí y me susurró al odío "Te espero en Plaza de Armas a las 5", mi cuerpo se estremeció, nunca me habían invitado a salir.
Se fue caminando directo a su clase, hace solo un momento Rodrigo me había invitado a salir, mi primera cita, me repetía mientras caminaba. ¿Y ahora....?
Que horrible pregunta se plantea en la cabeza de los principiantes, esa duda metódica del no saber que hacer ante una situación por la que nunca has pasado antes.
¿Que me pongo?¿En donde exacatmente lo espero?¿Y si llego muy tarde?¿Que haré cuando llegue?
¿Porque me invito?
Esa, esa era la pregunta; solo había visto en las peliculas el hecho de que un chico popular invite a una chica timida al baile, claro que en este caso es a Plaza de Armas; aún así nunca creí que me pasara a mí.
Con tantas preguntas, no pude dormir esa noche.
- Tengo unas ojeras fatales -me repetí a mi misma en el espejo- Me pregunto si alguien querría prestarme maquillaje, aunque tampoco se usarlo. Bueno eso no era relevante.
Las horas pasaban muy lentas hasta la hora fijada, tan lentas, tan lentas, tan... lentas, tan...
Recuerdo muy bien el haberme quedado dormida, y recuerdo el sueño también.
- Fer... fer... fernanda... -oía a mi madre decir
- ....¿...Que...?¿Que?
- Son las 6:30...
- ¡¿Qué?!¡No!
Me ví en el espejo, y todo estaba destruido, la ropa ajada, el cabello despeinado, todo....
Debía intentar.... ¿ir?
Mi casa quedaba muy cerca de Plaza, casi 5 minutos, no importa... iré
¿Estaría allí? -me preguntaba mientras corría- de seguro ya se habría ido, todo, todo lo arruiné. Empezó a llover, y mientras la lluvia caía mas fuerte mi paso comenzaba a detenerse.
- Es... imposible que este.... ahí...- murmuré para mí, levanté la mirada y pude contemplar su rostro mojado al lado de la catedral.
Estaba ahí; mojado por la fuerte lluvia, con una camisa roja manga larga, con unos jeans que ahora eran negros y una mirada pensativa que observaba el suelo.
Subí una por una las escaleras de la catedral; mi falda se había ensucidado de tanto correr, mi blusa que por suerte era azul no paso la msima suerte que los zapatos blancos, mi cabello estaba suelto y mojado. Nada más.
Ahí estaba yo, subiendo las escaleras de la catedral, poco a poco mientras no despegaba mi mirada de su rostro sin gesto.
- Rodrigo... -lo llamé en voz baja, no tenía cara para verlo después de haberlo hecho esperar una hora y treinta minutos
Levanto la mirada, y sonrió. Se acercaba a mi poco a poco...
- Me alegra que estes bien -fue lo último que dijo antes de caer sobre mí, tenía mucha fiebre.
Lo llevé a mi casa para que descansara, lo que no fue nada fácil porque todo el mundo creía que lo secuestraba y me contó al muy peculiar:
"Yo llegué a la catedral a las 6 de la tarde, me quedé dormido; ya que la noche anterior no pude conciliar el sueño. Creí que te habías ido..., creí que ya no ibas a volver... creí que lo había arruinado todo"
Sonreí ante esta situación tan peculiar, no solo era yo la del temor, sino que también él. Todo este tiempo, el había estado pensando en mí. Y le respondí:
"Yo soñe contigo, soñé pensando en mi realidad perfecta, por eso no quise despertar. Pero, aunque esta realidad no sea la perfecta de mi sueño, quiero que estes siempre conmigo para disfrutar la imperfección del mundo"
sábado, 30 de marzo de 2013
Bye
Una vez más me dijo adiós...
Una vez más me abandonó...
pero...
¿porque continuo esperándolo?
¿porque continuo esperando esa esperanza vana de que algún día seré importante para él?
Nunca lo he sido, esa es la verdad. Nunca me ha visto como nadie más que como una persona que siempre estará a su lado sin importar que.
Estoy triste, triste porque quiero que alguien me quiera, quiero cerrar ya esta historia. Quiero olvidarme de que ellos existen, de que los animales y las plantas me atacan, de todo.
Quiero sentirme buscada, quiero que alguien me espere, quiero que alguien me quiera.
Hasta ahora nadie ha podido quererme, como yo lo he querido. Estoy triste, nuevamente estoy triste.
No quiero ver a ninguna de esas personas.
Quiero que me dejen tranquila, quiero estar tranquila. Sin pensar tal vez en lo que piensan o no.
Quiero ser libre.
Por favor, no vuelvas más. Aunque yo te lo pida, no vuelvas más a mí.
¿sabes lo difícil que fue olvidarte en su momento?
Ahora tu buscas a una persona, te preocupas por otra, recuerdas a muchas y amas a solo una.
Lastima que yo no este en esa consideración, sinceramente espero que esto sea lo ultimo que escriba para ti.
Todo lo que escribo son fantasías, imágenes de una realidad falsa. En las qu tu y yo eramos uno, al menos por un momento, ja! que sueños más fantasiosos.
Yo ya no te quiero mi amor
y tu nunca me quisiste
creo que eso fue lo único en lo que estuvimos de acuerdo.
Ahora yo te digo adiós, y sinceramente espero nunca más encontrarte en mi camino.
Una vez más me abandonó...
pero...
¿porque continuo esperándolo?
¿porque continuo esperando esa esperanza vana de que algún día seré importante para él?
Nunca lo he sido, esa es la verdad. Nunca me ha visto como nadie más que como una persona que siempre estará a su lado sin importar que.
Estoy triste, triste porque quiero que alguien me quiera, quiero cerrar ya esta historia. Quiero olvidarme de que ellos existen, de que los animales y las plantas me atacan, de todo.
Quiero sentirme buscada, quiero que alguien me espere, quiero que alguien me quiera.
Hasta ahora nadie ha podido quererme, como yo lo he querido. Estoy triste, nuevamente estoy triste.
No quiero ver a ninguna de esas personas.
Quiero que me dejen tranquila, quiero estar tranquila. Sin pensar tal vez en lo que piensan o no.
Quiero ser libre.
Por favor, no vuelvas más. Aunque yo te lo pida, no vuelvas más a mí.
¿sabes lo difícil que fue olvidarte en su momento?
Ahora tu buscas a una persona, te preocupas por otra, recuerdas a muchas y amas a solo una.
Lastima que yo no este en esa consideración, sinceramente espero que esto sea lo ultimo que escriba para ti.
Todo lo que escribo son fantasías, imágenes de una realidad falsa. En las qu tu y yo eramos uno, al menos por un momento, ja! que sueños más fantasiosos.
Yo ya no te quiero mi amor
y tu nunca me quisiste
creo que eso fue lo único en lo que estuvimos de acuerdo.
Ahora yo te digo adiós, y sinceramente espero nunca más encontrarte en mi camino.
viernes, 22 de febrero de 2013
Rain

Su gusto por la lluvia es tan grande, que el primer de día de llovizna salió sin su paraguas, que usaba comúnmente para alejarse del sol.
Llegando a su trabajo como recién salido de la ducha, aunque con ropa.
A su jefe no le agradó ese espectáculo mojado que
desconcentraba a todos los otros trabajadores, y le pidió -por no decir ordenó-
que se comprará un paraguas, suponiendo que este carecía de uno.
Al día siguiente, Henry mandó su ropa a lavar “El precio del
placer” se dijo entre risas, mientras sacaba su ropa de la lavandería. El sol
se mofaba de él como la cuenta recibida en la lavandería, lo que le anunciaba
un feo y caluroso día libre.
Habiendo pasado el segundo impase de lluvia en su trabajo,
esta vez con la advertencia: “Si vuelves a venir así, mejor no vuelvas”.
Decidió –recién- traer el paraguas el siguiente día.
Henry sale de su casa con él paraguas en la mano, para
suerte suya solo llueve poco, nada que le llame la atención. Apenas y estira la
mano fuera del paraguas, claro… con mucho cuidado para no mojarse las mangas
–hasta eso le revisaban-. La lluvia comienza a aumentar y Henry comienza a
acelerar el paso, solo faltan dos cuadras. “Falta poco, falta poco” repetía y repetía. Ya
falta solo una cuadra… pero… creo que despedirán a Henry.
jueves, 21 de febrero de 2013
Dream
Abrí mis ojos y moví mi cabello con mis dedos. Mis ojos se querían cerrar poco a poco, como si algo volviera arrastrarme al sueño
- Juan... - lo llamé, miraba la tele, pero no me escuchaba. A pesar de estar a mi lado... parecía no escucharme.
Estiré mi mano para poder tocarlo, pero me sorprendió no ver mi mano moverse. Observaba mi mano, estaba quieta sobre la frazada. Quieta muy quieta, sentía que la movía, pero no lo hacía.
-Juan... -lo volví a llamar, empezaba a asustarme- Juan... -parecía que mis ojos querían volver a cerrarse.
¿Por que no me escuchaba?- pensaba- ¡Ayúdame, Ayúdame!
-Juan...! -grité. Me percaté de que mi boca no se movía. Gritaba, pero era un grito que solo yo podía escuchar.
Lo observaba, pero parecía que poco a poco, iba sumergiéndome más en el sueño, como si todo a mi alrededor se apagara.
- ¡Auxilio! -gritaba- ¡Por favor!¡Juan...!¡ Ayúdame!
Traté, sin éxito, de mover mi manos nuevamente. Sentía que mis manos llegaban hasta él, pero no era así, era como si una extensión invisible de mi cuerpo se moviera, pero no mis manos. Podía ver la televisión, ver lo que veía. Pero no podía moverme.
Intenté con todas mis fuerzas moverme, pero mis manos y mis piernas continuaban quietas. Mi boca, parecía cerrada. Mis gritos solo los escuchaba mi mente, estaba asustada.
Algo, no se que, hacía que poco a poco fuera perdiendo la fuerza, y me arrastraba al sueño.
Quería llorar. Luchaba por que la oscuridad no me tragara.
- ¡Juan!!! -grité, esta vez con tanta fuerza, que sentí como poco a poco mi boca iba abriéndose. Todo el tiempo había estado cerrada, como pegada.
- Juan... -pude esta vez oírme decir.
- Buenos días... ¿qué paso? -me dijo antes de besarme, dándose cuenta de que algo andaba mal.
- No puedo moverme -le dije, como susurrando. Poco a poco fui moviendo mis brazos, mis piernas y me levanté de la cama.
- Sentía que gritaba Juan... ¿no podías escucharme?
- No llores, solo fue un mal sueño -trataba de calmarme, estaba muy asustada después de eso. Lo abracé.
- No fue un sueño... yo podía ver la tele... todo lo que tú... estabas viendo... -fue lo único que pude decir entre sollozos.
- Fue una pesadilla -susurraba a mi oído- ya pasó. No llores.
Después de calmarme, me comenzó a contar, lo que para él eran pesadillas. Me dijo que a él comúnmente le pasaba lo mismo, esa sensación de estar atrapado, de querer moverse pero no poder hacerlo, el miedo, la impotencia, las lágrimas invisibles y las palabras mudas. A él también le había pasado, pero... yo podía ver la tele... tenía los ojos abiertos... podía observarlo... verlo todo pero no moverme, eso tal vez fue lo único que le pareció raro.
Hasta ahora no sé si habrá sido una pesadilla, pero desde ese día siempre le pido que me despierte.
domingo, 17 de febrero de 2013
Black
El caballero negro cayó, cegado por el brillo de las armaduras de los caballeros blancos.
Todos acercaban sus espadas empuñadas poco a poco, anhelando atravesar la negra armadura. Los tres caballeros apuntaron sus espadas al mismo tiempo.
En los ojos del caído caballero se reflejaban las tres espadas resplandecientes, las cuales ya había optado por aceptar dentro de sí. Cerró lo ojos. Pero otro caballero negro llegó en el último vaivén de espadas, apuñalando a los caballeros blancos con una gran rapidez. El otro caballero solo observaba, y antes de que el caballero negro acabara con la vida del último caballero blanco, un ¡NO! gritado a los cielos distrajo al caballero de la opaca espada, haciendo que el caballero de la luz triunfara.
Indignado ante lo visto, el cansado y adolorido caballero de la oscuridad recogió una espada resplandeciente de alguno de los caídos y atravesó al último servidor de la luz en el pueblo; lo que nunca logró entender antes de morir, fue él porqué de que las espadas de los caballeros resplandecientes, no les hacía daño a los mismos.
Todos acercaban sus espadas empuñadas poco a poco, anhelando atravesar la negra armadura. Los tres caballeros apuntaron sus espadas al mismo tiempo.
En los ojos del caído caballero se reflejaban las tres espadas resplandecientes, las cuales ya había optado por aceptar dentro de sí. Cerró lo ojos. Pero otro caballero negro llegó en el último vaivén de espadas, apuñalando a los caballeros blancos con una gran rapidez. El otro caballero solo observaba, y antes de que el caballero negro acabara con la vida del último caballero blanco, un ¡NO! gritado a los cielos distrajo al caballero de la opaca espada, haciendo que el caballero de la luz triunfara.
Indignado ante lo visto, el cansado y adolorido caballero de la oscuridad recogió una espada resplandeciente de alguno de los caídos y atravesó al último servidor de la luz en el pueblo; lo que nunca logró entender antes de morir, fue él porqué de que las espadas de los caballeros resplandecientes, no les hacía daño a los mismos.
sábado, 9 de febrero de 2013
Picture
Me sobé los ojos con los puños, tenía muchas legañas.
¿Por cuanto tiempo habre dormido? -pensaba
Al lado de mi cama seguía estando el pequeño calendario con diseños de rosas en mi velador. El último día estaba marcado con una X.
- 20 de Enero del 2000 - me repetí a mi misma, encendí la tele y lo puse en el canal 7 sin moverme de mi cama, decía... 30 de Febrero del 2003.
Al parecer... había dormido durante tres años... me moví de mi cama y puse un pie en el piso, sentí con las yemas de los dedos algo bastante liso... observé lo que había abajo y me percaté de que había muchos cuadros empolvados tirados por toda la habitación.
Los cuadros eran del tamaño de mi brazo y estaban apilados uno sobre otros, ¿que había estado haciendo antes de dormir? No podía recordarlo.
Al bajar de mi cama tuve mucho cuidado de no toparme con ninguno.
Me agaché a recoger uno de los muchos cuadros que había, busqué un pañuelo de mi cajón y limpié el vidrio. Al irse aclarando poco a poco la imagen, lágrimas de mis ojos comenzaron a brotar...
Aún así continuaba limpiándolo... una vez completamente limpio con la otra mano con la cual no sostenía el cuadro, me limpió los ojos que no dejaban de lagrimear. Furiosa y frustrada tiré el cuadro a un lado y senté en mi cama. Me limpié las lágrimas y busqué el cuadro entre los muchos cuadros empolvados. Estaba intacto.
En la entrada de mi cuarto había una bolsa de basura, parecía como si hubiese sido usada con anterioridad. No le presté atención y metí el cuadro allí.
Continué limpiando los otros cuadros, los cuales entre sonrisas y lágrimas fueron yendo uno por uno a la bolsa donde se enterraban los recuerdos.
Ahora solo quedaba uno, uno muy pequeño que se había escondido debajo de mi cama; esté no tenía polvo y pude notar la imagen claramente. No podía llorar más, mis ojos me dolían, pero... este cuadro me hizo perder la calma, me tumbé a mi cama y me puse a llorar como una niña que llora por un dulce no comprado.
Busqué la bolsa con los ojos desde mi cama y me visualice tirando el pequeño cuadro, pero no me movía...
- ¡No quiero! - gritaba sobre mi almohada- ¡No puedo!
Buscando un auxilio en mi mar de llanto encendí la televisión y lo busqué un canal infantil de los que recordaba. Me sorprendía que no hubiesen cortado ni la luz ni el agua en tres años. Sonreí un poco con las caricaturas, fue relajante. Apagué el televisor, y busqué nuevamente el pequeño cuadro, nuevamente se había perdido.
Pero lo encontré, estaba debajo de la almohada. Volví a observar aquella imagen, y con una sonrisa forzada me acerqué a la bolsa de basura que se encontraba a la salida de mi cuarto.
Abrí la bolsa... y... al abrirla mi mente comenzó a jugarme trucos.
Los cuadros que estaban adentro parecían moverse y reproducir la imagen colocada en ellos. No quería deshacerme de ellos. Mi mano rápidamente quiso botar todo lo que había adentro nuevamente al piso de mi habitación.
¿Nuevamente? -pensé.
En ese momento recordé lo que había pasado antes de haberme quedado dormida, había tirado todos los cuadros de la bolsa de basura a mi cuarto.
Observé nuevamente el cuadro pequeño y los cuadros de la bolsa, y sin pensarlo más, lo tiré.
Abrí la puerta de mi casa y la luz me cegó por un momento a lo lejos, pude observar un camión de basura que se acercaba. Un "que preciso" brotó de mi boca y al acercarse el camión, un hombre me pidió la bolsa que llevaba en la mano. La cogió y la tiró como si fuera lo más leve que hubiese cargado en el día. Lo ultimó que escuché, fue el vidrio romperse.
¿Por cuanto tiempo habre dormido? -pensaba
Al lado de mi cama seguía estando el pequeño calendario con diseños de rosas en mi velador. El último día estaba marcado con una X.
- 20 de Enero del 2000 - me repetí a mi misma, encendí la tele y lo puse en el canal 7 sin moverme de mi cama, decía... 30 de Febrero del 2003.
Al parecer... había dormido durante tres años... me moví de mi cama y puse un pie en el piso, sentí con las yemas de los dedos algo bastante liso... observé lo que había abajo y me percaté de que había muchos cuadros empolvados tirados por toda la habitación.
Los cuadros eran del tamaño de mi brazo y estaban apilados uno sobre otros, ¿que había estado haciendo antes de dormir? No podía recordarlo.
Al bajar de mi cama tuve mucho cuidado de no toparme con ninguno.
Me agaché a recoger uno de los muchos cuadros que había, busqué un pañuelo de mi cajón y limpié el vidrio. Al irse aclarando poco a poco la imagen, lágrimas de mis ojos comenzaron a brotar...
Aún así continuaba limpiándolo... una vez completamente limpio con la otra mano con la cual no sostenía el cuadro, me limpió los ojos que no dejaban de lagrimear. Furiosa y frustrada tiré el cuadro a un lado y senté en mi cama. Me limpié las lágrimas y busqué el cuadro entre los muchos cuadros empolvados. Estaba intacto.
En la entrada de mi cuarto había una bolsa de basura, parecía como si hubiese sido usada con anterioridad. No le presté atención y metí el cuadro allí.
Continué limpiando los otros cuadros, los cuales entre sonrisas y lágrimas fueron yendo uno por uno a la bolsa donde se enterraban los recuerdos.
Ahora solo quedaba uno, uno muy pequeño que se había escondido debajo de mi cama; esté no tenía polvo y pude notar la imagen claramente. No podía llorar más, mis ojos me dolían, pero... este cuadro me hizo perder la calma, me tumbé a mi cama y me puse a llorar como una niña que llora por un dulce no comprado.
Busqué la bolsa con los ojos desde mi cama y me visualice tirando el pequeño cuadro, pero no me movía...
- ¡No quiero! - gritaba sobre mi almohada- ¡No puedo!
Buscando un auxilio en mi mar de llanto encendí la televisión y lo busqué un canal infantil de los que recordaba. Me sorprendía que no hubiesen cortado ni la luz ni el agua en tres años. Sonreí un poco con las caricaturas, fue relajante. Apagué el televisor, y busqué nuevamente el pequeño cuadro, nuevamente se había perdido.
Pero lo encontré, estaba debajo de la almohada. Volví a observar aquella imagen, y con una sonrisa forzada me acerqué a la bolsa de basura que se encontraba a la salida de mi cuarto.
Abrí la bolsa... y... al abrirla mi mente comenzó a jugarme trucos.
Los cuadros que estaban adentro parecían moverse y reproducir la imagen colocada en ellos. No quería deshacerme de ellos. Mi mano rápidamente quiso botar todo lo que había adentro nuevamente al piso de mi habitación.
¿Nuevamente? -pensé.
En ese momento recordé lo que había pasado antes de haberme quedado dormida, había tirado todos los cuadros de la bolsa de basura a mi cuarto.
Observé nuevamente el cuadro pequeño y los cuadros de la bolsa, y sin pensarlo más, lo tiré.
Abrí la puerta de mi casa y la luz me cegó por un momento a lo lejos, pude observar un camión de basura que se acercaba. Un "que preciso" brotó de mi boca y al acercarse el camión, un hombre me pidió la bolsa que llevaba en la mano. La cogió y la tiró como si fuera lo más leve que hubiese cargado en el día. Lo ultimó que escuché, fue el vidrio romperse.
domingo, 3 de febrero de 2013
Concert
Habiamos planeado ya hace mucho tiempo ir, yo siempre le preguntaba quienes más irían pero nunca quiso decirme.
- ¿No sabes quienes más van a ir? -preguntaba mientras lo observaba llevarse un bocado de comida a a boca. Siempre que iba a hacerle alguna pregunta hacía lo mismo.
- No me han dicho nada -siempre la misma respuesta, faltaban 2 días para el Acustirock
- Que extraño, el año pasado creo que fue más gente -me recosté sobre la mesa resignandome a la idea de que nadie más iría.
- Voy a volver a preguntar -siempre decía y cuando volviamos a encontrarnos para almorzar, otra vez se repetía ese mismo círculo vicioso.
Pasaron los dos días y el concierto llegó al estadio de San Marcos, estaba nerviosa. Que extraña sensación- pensaba. No entendía el porque.
Salí de mi casa y fui a encontrar a Jesús en la puerta tres de San Marcos.
- Siempre tan impuntual -me repetía a mi misma mientras esperaba.
- Disculpe señorita -no reconocía esa voz y giré rapidamente- ¿Espera a alguien?
- Por un momento no reconocí tu voz
- Disculpa la impuntualidad, creo que estás empezando a acostumbrarte -me dijo mientras se acercaba a darme un beso en la mejilla. Ese beso me dejo algo inquieta, creo que fue demasiado cerca de los labios.
- Descuida creo que he llegado algo temprano, es la primera vez que vengo a un Acustirock
- Me alegra que tu primera vez sea conmigo -tragé saliva
- Que raro sonó eso -reí, las cosas que decía Jesús eran raras, pero por suerte siempre supe que el solo jugaba así, y que nunca hablaba en serio.
- De verdad me alegra
Entregamos nuestros boletos para campo y entramos. Había un gran tunel, jamás había entrado al estadio.
- Que grande -me dije, creo que era una conversación interna con micrófono
- Te sorprendes muy facilmente, esto es grande, pero el campo a mi parecer es algo chico
Había un sol muy fuerte, bueno al menos eso sentí en mis brazos porque al ser Jesús muy alto tapaba mi rostro de aquel sol abrazador, ya habían salido dos grupos. No los conocía. Compramos un gran vaso de cerveza helada y nos sentamos en un lugar con sombra, hasta que saliera el siguiente grupo.
Una aclamación del público saludo a Rio que nos hizo levantarnos con gran rapidez y correr más cerca de ellos, dejando los vasos tirados en el piso, no habían tachos.
- Que horrible calor -decía a mi lado Jesús
- Por suerte te tengo de sombra -respondí empinandome para darle un beso en la mejilla
- Que viva eres -contestó, y se colocó detrás mío
- Tramposo -repliqué
- Mira, van a comenzar a tocar -fue lo último que dijo antes de girar y darme un beso en la mejilla para que no me molestara
Habían pasado ya 4 canciones, y comenzó Mi princesa. Todos coreabamos pero habían algunos versos que me sorprendía que Jesús me dijese al oído. "Ahora se que tu eres mi princesa" se me escarapelaba el cuerpo, eso lo acompañaba con un abrazo repentino. No me hacía sentir incómoda.
Después de saltar con La universidad decidimos tomar un pequeño descanso hasta que llegara Líbido. Otra cerveza no hizo daño.
- Jesús, creo que te picas muy rápido -recordé lo ocurrido hace un momento
- No, estoy totalmente cuerdo -respondió serio. Soy muy tonta en estos casos, me gusta que me digan las cosas de frente, no sabía que estaba ocurriendo.
No volvió a hacer nada más, durante todas las canciones de Líbido se quedó a mi lado y saltabamos juntos, pero no volvió a hacer nada. Lo sabía, mis dudas estaban por demás.
La noche la cerrarían Mar de Copas y Amén, después de responder a las necesidades básicas empezamos a buscar espacio adelante para ver mejor, ser tan bajita no me ayudaba mucho.
- Si quieres te cargo -dijo entre risas
- Creo que no podrías sostenerme, fortachón -respondí sarcasticamente
Me miró con su rostro indignado falso y me hizo cosquillas.
- Esta bien, esta bien, no me burlo -fue lo único que pude decir entre risas. Me abrazó.
- Te dije que estaba totalmente cuerdo.
Me quedé algo fuera de lugar, la gente se amontonaba y nos hacía ir y venir de atrás hacia adelante. Me cubrió para que no me golpearan, para eso tuvo que colocarse detrás mio de nuevo. Volví a sentirme nerviosa. Entró con grandes palmas Mar de Copas. Todas las canciones eran fuertmente coreadas, y en Mujer Noche volvió a hacerlo, "Mujer noche, te volveré a atrapar". Cada vez con más frecuencia " Ciega y viva de pasión, entre mis redes" me abrazaba con más fuerza.
Entró Amén, sinceramente sus canciones podían hacerme derramar más de una lágrima. Jesús limpiaba todas las que podía, algunas con sus besos. Cada vez me sentía más nerviosa.
- ¿Quieres estár conmigo? me preguntó mientras sonaba Te quiero como música de fondo en un nuestra pequeña escena romántica
- Si -respondí sin dudas, abrazé sus brazos y giré para darle un beso que surgió tan naturalemente, como las lágrimas en Decir Adiós. Salimos tomados de la mano, y fuimos a domir a su casa que quedaba cerca de San Marcos, dormimos abrazados ese día.
- ¿No sabes quienes más van a ir? -preguntaba mientras lo observaba llevarse un bocado de comida a a boca. Siempre que iba a hacerle alguna pregunta hacía lo mismo.
- No me han dicho nada -siempre la misma respuesta, faltaban 2 días para el Acustirock
- Que extraño, el año pasado creo que fue más gente -me recosté sobre la mesa resignandome a la idea de que nadie más iría.
- Voy a volver a preguntar -siempre decía y cuando volviamos a encontrarnos para almorzar, otra vez se repetía ese mismo círculo vicioso.
Pasaron los dos días y el concierto llegó al estadio de San Marcos, estaba nerviosa. Que extraña sensación- pensaba. No entendía el porque.
Salí de mi casa y fui a encontrar a Jesús en la puerta tres de San Marcos.
- Siempre tan impuntual -me repetía a mi misma mientras esperaba.
- Disculpe señorita -no reconocía esa voz y giré rapidamente- ¿Espera a alguien?
- Por un momento no reconocí tu voz
- Disculpa la impuntualidad, creo que estás empezando a acostumbrarte -me dijo mientras se acercaba a darme un beso en la mejilla. Ese beso me dejo algo inquieta, creo que fue demasiado cerca de los labios.
- Descuida creo que he llegado algo temprano, es la primera vez que vengo a un Acustirock
- Me alegra que tu primera vez sea conmigo -tragé saliva
- Que raro sonó eso -reí, las cosas que decía Jesús eran raras, pero por suerte siempre supe que el solo jugaba así, y que nunca hablaba en serio.
- De verdad me alegra
Entregamos nuestros boletos para campo y entramos. Había un gran tunel, jamás había entrado al estadio.
- Que grande -me dije, creo que era una conversación interna con micrófono
- Te sorprendes muy facilmente, esto es grande, pero el campo a mi parecer es algo chico
Había un sol muy fuerte, bueno al menos eso sentí en mis brazos porque al ser Jesús muy alto tapaba mi rostro de aquel sol abrazador, ya habían salido dos grupos. No los conocía. Compramos un gran vaso de cerveza helada y nos sentamos en un lugar con sombra, hasta que saliera el siguiente grupo.
Una aclamación del público saludo a Rio que nos hizo levantarnos con gran rapidez y correr más cerca de ellos, dejando los vasos tirados en el piso, no habían tachos.
- Que horrible calor -decía a mi lado Jesús
- Por suerte te tengo de sombra -respondí empinandome para darle un beso en la mejilla
- Que viva eres -contestó, y se colocó detrás mío
- Tramposo -repliqué
- Mira, van a comenzar a tocar -fue lo último que dijo antes de girar y darme un beso en la mejilla para que no me molestara
Habían pasado ya 4 canciones, y comenzó Mi princesa. Todos coreabamos pero habían algunos versos que me sorprendía que Jesús me dijese al oído. "Ahora se que tu eres mi princesa" se me escarapelaba el cuerpo, eso lo acompañaba con un abrazo repentino. No me hacía sentir incómoda.
Después de saltar con La universidad decidimos tomar un pequeño descanso hasta que llegara Líbido. Otra cerveza no hizo daño.
- Jesús, creo que te picas muy rápido -recordé lo ocurrido hace un momento
- No, estoy totalmente cuerdo -respondió serio. Soy muy tonta en estos casos, me gusta que me digan las cosas de frente, no sabía que estaba ocurriendo.
No volvió a hacer nada más, durante todas las canciones de Líbido se quedó a mi lado y saltabamos juntos, pero no volvió a hacer nada. Lo sabía, mis dudas estaban por demás.
La noche la cerrarían Mar de Copas y Amén, después de responder a las necesidades básicas empezamos a buscar espacio adelante para ver mejor, ser tan bajita no me ayudaba mucho.
- Si quieres te cargo -dijo entre risas
- Creo que no podrías sostenerme, fortachón -respondí sarcasticamente
Me miró con su rostro indignado falso y me hizo cosquillas.
- Esta bien, esta bien, no me burlo -fue lo único que pude decir entre risas. Me abrazó.
- Te dije que estaba totalmente cuerdo.
Me quedé algo fuera de lugar, la gente se amontonaba y nos hacía ir y venir de atrás hacia adelante. Me cubrió para que no me golpearan, para eso tuvo que colocarse detrás mio de nuevo. Volví a sentirme nerviosa. Entró con grandes palmas Mar de Copas. Todas las canciones eran fuertmente coreadas, y en Mujer Noche volvió a hacerlo, "Mujer noche, te volveré a atrapar". Cada vez con más frecuencia " Ciega y viva de pasión, entre mis redes" me abrazaba con más fuerza.
Entró Amén, sinceramente sus canciones podían hacerme derramar más de una lágrima. Jesús limpiaba todas las que podía, algunas con sus besos. Cada vez me sentía más nerviosa.
- ¿Quieres estár conmigo? me preguntó mientras sonaba Te quiero como música de fondo en un nuestra pequeña escena romántica
- Si -respondí sin dudas, abrazé sus brazos y giré para darle un beso que surgió tan naturalemente, como las lágrimas en Decir Adiós. Salimos tomados de la mano, y fuimos a domir a su casa que quedaba cerca de San Marcos, dormimos abrazados ese día.
And
Tu y yo
bajo el mismo cielo
en el mismo lugar
en el mismo campo
a la misma hora
observando la luna...
bajo el mismo cielo
en el mismo lugar
en el mismo campo
a la misma hora
observando la luna...
sábado, 2 de febrero de 2013
Learn
Odio estar sola
pero si ninguna de las personas que amo puede estar ahí
tendré que aprender a amar mi soledad
pero si ninguna de las personas que amo puede estar ahí
tendré que aprender a amar mi soledad
martes, 29 de enero de 2013
Run
Este es un pequeño “intento” de un rompecabezas, se tiene que leer
según los números colocados al principio de cada fragmento. La historia me
gustó mucho, y a pesar de que lo que buscaba era que se leyera corrido y según
los números de manera coherente creo que no he logrado mi propósito
completamente. Así que este es mi primer intento; habrá más, pero espero que
este experimento les agrade. Gracias C:
10 Cuido la casa desde que recuerdo, está en ruinas. Ya no hay rastro de aquella belleza colonial, de aquel prado junto a la entrada donde jugaba con mi hermana. Ella no se ha olvidado de la casa, viene de vez en cuando, pasa junto con su esposo y siempre le comenta como logre salvarla de aquel accidente.
10 Cuido la casa desde que recuerdo, está en ruinas. Ya no hay rastro de aquella belleza colonial, de aquel prado junto a la entrada donde jugaba con mi hermana. Ella no se ha olvidado de la casa, viene de vez en cuando, pasa junto con su esposo y siempre le comenta como logre salvarla de aquel accidente.
9 Vivo aquí desde que tenía 6 años, nos mudamos porque mi
padre deseaba vivir en la capital. La casa era hermosa, de tres pisos y con
decoraciones coloniales, propia del centro de Lima. Era raro ver una casa así
en tan buen estado.
1 ¡Sal de aquí!¡Huye! –le grité a mi hermana, empujándola
para que pudiera salir de la casa. La casa estaba empezando a arder, ¿las
razones? no las sé. Corrí lo más rápido posible tratando de alcanzar la entrada
y empujé a mi hermana antes de que un gran madero cayera.
3 Me levanté sintiéndome mucho mejor de repente, empecé a
correr con todas mis fuerzas para lograr escapar de las llamas que cada vez se
hacían más fuertes.
7 -¡Doncella por favor! –grité- ¿no puedes verme? –estaba alterado.
5 Vi a mi doncella, estaba llorando, todas las personas a su
alrededor estaban llorando. Todos me observaban. No, estaba equivocado. No me
observaban a mí, observaban la casa. Giré y me percaté de que mi hermosa casa
colonial estaba en llamas. “¡Irene! ¡Irene!” grité el nombre de mi hermana, ¿dónde
estaba?¿habría logrado escapar?
2 Caí, sentí un gran dolor y una brasa ardiente sobre mí,
todo ardía, mi ropa, mis brazos, mi rostro, mi cabello. Un grito que no pude
oír salió de mi boca, y mis extremidades luchaban por quitarse ese peso que
estaba sobre mí.
4 Salí de la casa, un gran arrebato de euforia me llenaba.
Había logrado escapar.
6 ¡¿Dónde está Irene?! –comencé a gritar alterado. Corrí hacia
mi doncella repitiéndole la misma pregunta, pero no reaccionaba, continuaba
llorando sobre los hombros de su madre. ¿Acaso no podía observarme? ¿No podía
oír mis reclamos? -¡Doncella escúchame!”- la llamé al mismo instante en que al
tratar de tocarla la atravesé como si ella no estuviera ahí. ¿Acaso yo…?
8 Observé mis manos alterado. ¡¡Ahh!! ¡No!¡No!No! –gritaba. Comencé correr sin rumbo, era un
fantasma.
domingo, 20 de enero de 2013
Them
El ermitaño camina solo y muy pocas criaturas se acercan. A todas las aleja.
Un día el ermitaño se interesó por un pequeño animal.
El animalito no trataba de captar su atención como los otros animales; le interesó mucho y quiso saber más sobre este.
El ermitaño se detuvo en su solitario camino y trató de familiarizarse con el pequeño.
Conversaban, conversaban mucho, eran inseparables.
El ermitaño continuó su camino con el pequeño animalito.
Un día el ermitaño conoció a un demonio, y se interesó mucho por este.
El ermitaño narraba las aventuras del demonio con una gran emoción al pequeño animalito, y este temía muy en el fondo, que se olvidará de él por el demonio.
El ermitaño abrazaba al pequeño y este perdía el temor; sabía que su amigo nunca se iría.
Continuaban su recorrido, el ermitaño, el animalito y muy por detrás, siguiendolos muy cautelosamente, el demonio.
Un día el ermitaño se detuvo al ver a una hermosa mujer, curiosamente estaba un poco más adelante de su camino.
La mujer se acercó al ermitaño, parecía tan sorprendida de ver a otra persona como él.
La mujer y el ermitaño conversaban de muchas cosas, de su camino, de su soledad, y de como se había topado con el pequeño animalito; ella a la vez, le contaba cosas muy similares, eran muy parecidos.
El demonio observaba de lejos, el ermitaño no le había contado a la muchacha sobre su encuentro. Se había olvidado de él.
El demonio seguía observando, guardaba esperanzas de que lo recordara en sus historias.
El pequeño animalito observaba como el ermitaño sonreía junto a la mujer.
Un día el ermitaño se olvido de el animalito.
El animalito no volvió.
La mujer y el ermitaño ahora caminan juntos, el demonio los observa y el animalito ya no esta.
El ermitaño recuerda al animalito, voltea en busca de él.
El animalito no estaba.
El ermitaño extraña al animalito, camina junto a la mujer y el demonio continua observando.
El ermitaño recuerda al demonio, comienza a narrar las aventuras del demonio a la mujer.
El demonio estaba feliz.
El ermitaño y la mujer cansados dejaron de caminar.
El demonio es buscado por el ermitaño.
El ermitaño y el demonio conversan mucho.
El ermitaño extraña al animalito aún.
La mujer hace feliz al ermitaño, el demonio narra historias y el animalito no está.
Un día el pequeño animalito volvió.
El ermitaño estaba feliz, abrazó al animalito, se lo dijo a la mujer y continuaron caminando.
El ermitaño volvió a olvidar al demonio.
El demonio no avanza.
El demonio observa al ermitaño, a la mujer y al animalito alejarse.
El demonio no avanza.
La mujer toma otro camino, el ermitaño y el animalito continuan caminando por el mismo y el demonio no avanza.
El ermitaño no extraña al demonio.
El animalito hace feliz al ermitaño, el ermitaño hace feliz al animalito y el demonio no está.
El demonio continúa quieto, el demonio continua esperando.
El demonio ya viejo muere esperando.
El animalito y el ermitaño regresan por el camino.
El ermitaño y el animalito observan al demonio muerto.
El ermitaño y el animalito continúan su camino. El ermitaño no recuerdan al demonio.
El demonio desaparece.
El ermitaño y el animalito continúan caminando, la mujer no está y el demonio murió esperando.
Un día el ermitaño se interesó por un pequeño animal.
El animalito no trataba de captar su atención como los otros animales; le interesó mucho y quiso saber más sobre este.
El ermitaño se detuvo en su solitario camino y trató de familiarizarse con el pequeño.
Conversaban, conversaban mucho, eran inseparables.
El ermitaño continuó su camino con el pequeño animalito.
Un día el ermitaño conoció a un demonio, y se interesó mucho por este.
El ermitaño narraba las aventuras del demonio con una gran emoción al pequeño animalito, y este temía muy en el fondo, que se olvidará de él por el demonio.
El ermitaño abrazaba al pequeño y este perdía el temor; sabía que su amigo nunca se iría.
Continuaban su recorrido, el ermitaño, el animalito y muy por detrás, siguiendolos muy cautelosamente, el demonio.
Un día el ermitaño se detuvo al ver a una hermosa mujer, curiosamente estaba un poco más adelante de su camino.
La mujer se acercó al ermitaño, parecía tan sorprendida de ver a otra persona como él.
La mujer y el ermitaño conversaban de muchas cosas, de su camino, de su soledad, y de como se había topado con el pequeño animalito; ella a la vez, le contaba cosas muy similares, eran muy parecidos.
El demonio observaba de lejos, el ermitaño no le había contado a la muchacha sobre su encuentro. Se había olvidado de él.
El demonio seguía observando, guardaba esperanzas de que lo recordara en sus historias.
El pequeño animalito observaba como el ermitaño sonreía junto a la mujer.
Un día el ermitaño se olvido de el animalito.
El animalito no volvió.
La mujer y el ermitaño ahora caminan juntos, el demonio los observa y el animalito ya no esta.
El ermitaño recuerda al animalito, voltea en busca de él.
El animalito no estaba.
El ermitaño extraña al animalito, camina junto a la mujer y el demonio continua observando.
El ermitaño recuerda al demonio, comienza a narrar las aventuras del demonio a la mujer.
El demonio estaba feliz.
El ermitaño y la mujer cansados dejaron de caminar.
El demonio es buscado por el ermitaño.
El ermitaño y el demonio conversan mucho.
El ermitaño extraña al animalito aún.
La mujer hace feliz al ermitaño, el demonio narra historias y el animalito no está.
Un día el pequeño animalito volvió.
El ermitaño estaba feliz, abrazó al animalito, se lo dijo a la mujer y continuaron caminando.
El ermitaño volvió a olvidar al demonio.
El demonio no avanza.
El demonio observa al ermitaño, a la mujer y al animalito alejarse.
El demonio no avanza.
La mujer toma otro camino, el ermitaño y el animalito continuan caminando por el mismo y el demonio no avanza.
El ermitaño no extraña al demonio.
El animalito hace feliz al ermitaño, el ermitaño hace feliz al animalito y el demonio no está.
El demonio continúa quieto, el demonio continua esperando.
El demonio ya viejo muere esperando.
El animalito y el ermitaño regresan por el camino.
El ermitaño y el animalito observan al demonio muerto.
El ermitaño y el animalito continúan su camino. El ermitaño no recuerdan al demonio.
El demonio desaparece.
El ermitaño y el animalito continúan caminando, la mujer no está y el demonio murió esperando.
sábado, 19 de enero de 2013
Him
El ermitaño camina solo y muy pocas criaturas se acercan. A todas las aleja.
Un día el ermitaño se interesó por un pequeño animal.
El animalito no trataba de captar su atención como los otros animales; le interesó mucho y quiso saber más sobre este.
El ermitaño se detuvo en su solitario camino y trató de familiarizarse con el pequeño.
Conversaban, conversaban mucho, eran inseparables.
El ermitaño continuó su camino con el pequeño animalito.
Un día el ermitaño conoció a un demonio, y se interesó mucho por este.
El ermitaño narraba las aventuras del demonio con una gran emoción al pequeño animalito, y este temía muy en el fondo, que se olvidará de él por el demonio.
El ermitaño abrazaba al pequeño y este perdía el temor; sabía que su amigo nunca se iría.
Continuaban su recorrido, el ermitaño, el animalito y muy por detrás, siguiendolos muy cautelosamente, el demonio.
Un día el ermitaño se detuvo al ver a una hermosa mujer, curiosamente estaba un poco más adelante de su camino.
La mujer se acercó al ermitaño, parecía tan sorprendida de ver a otra persona como él.
La mujer y el ermitaño conversaban de muchas cosas, de su camino, de su soledad, y de como se había topado con el pequeño animalito; ella a la vez, le contaba cosas muy similares, eran muy parecidos.
El demonio observaba de lejos, el ermitaño no le había contado a la muchacha sobre su encuentro. Se había olvidado de él.
El demonio seguía observando, guardaba esperanzas de que lo recordara en sus historias.
El pequeño animalito observaba como el ermitaño sonreía junto a la mujer.
Un día el ermitaño se olvido de él animalito.
El animalito no volvió más.
La mujer y el ermitaño ahora caminan juntos, el demonio los observa y el animalito ya no esta.
El ermitaño recuerda al animalito, voltea en busca de él. Ya no estaba.
El animalito olvida al ermitaño.
El demonio continua observando.
El ermitaño extraña al animalito, camina junto a la mujer y el demonio continua observando.
Un día el ermitaño se interesó por un pequeño animal.
El animalito no trataba de captar su atención como los otros animales; le interesó mucho y quiso saber más sobre este.
El ermitaño se detuvo en su solitario camino y trató de familiarizarse con el pequeño.
Conversaban, conversaban mucho, eran inseparables.
El ermitaño continuó su camino con el pequeño animalito.
Un día el ermitaño conoció a un demonio, y se interesó mucho por este.
El ermitaño narraba las aventuras del demonio con una gran emoción al pequeño animalito, y este temía muy en el fondo, que se olvidará de él por el demonio.
El ermitaño abrazaba al pequeño y este perdía el temor; sabía que su amigo nunca se iría.
Continuaban su recorrido, el ermitaño, el animalito y muy por detrás, siguiendolos muy cautelosamente, el demonio.
Un día el ermitaño se detuvo al ver a una hermosa mujer, curiosamente estaba un poco más adelante de su camino.
La mujer se acercó al ermitaño, parecía tan sorprendida de ver a otra persona como él.
La mujer y el ermitaño conversaban de muchas cosas, de su camino, de su soledad, y de como se había topado con el pequeño animalito; ella a la vez, le contaba cosas muy similares, eran muy parecidos.
El demonio observaba de lejos, el ermitaño no le había contado a la muchacha sobre su encuentro. Se había olvidado de él.
El demonio seguía observando, guardaba esperanzas de que lo recordara en sus historias.
El pequeño animalito observaba como el ermitaño sonreía junto a la mujer.
Un día el ermitaño se olvido de él animalito.
El animalito no volvió más.
La mujer y el ermitaño ahora caminan juntos, el demonio los observa y el animalito ya no esta.
El ermitaño recuerda al animalito, voltea en busca de él. Ya no estaba.
El animalito olvida al ermitaño.
El demonio continua observando.
El ermitaño extraña al animalito, camina junto a la mujer y el demonio continua observando.
martes, 15 de enero de 2013
Day
Regresé un día y el estaba ahí, justo en el sitio donde habíamos visto por última vez.
Estaba de espaldas, me acerqué poco a poco; quería sorprenderlo.
Al acercarme..., me di cuenta de que había alguien más a su lado.
Me había reemplazado.
jueves, 10 de enero de 2013
Tears
- ¡¿Qué podía haber hecho yo?! -gritaba eufórica Valeria- ¡Yo no quería que lo hiciera, ese no fue mi propósito!... Yo quería animarlo... Yo no quería que eso pasará....
La abracé, tratando de consolarla cuando comenzó a llorar.
- Yo... yo quería animarlo...
- Shhh, lo sé. No tienes que explicarme nada.
- Pero entonces ¿por qué?... ¿Por qué ella me mira así?... ¡Yo lo amaba!
Un fuerte punzón atravesó mi pecho al escuchar esa última frase, pero lo dejé de lado. Ella necesitaba mucha ayuda en ese momento.
- Yo estoy aquí... y te creo -susurraba mientras continuaba tratando de consolarla. Pero sus lágrimas no sesaban, amaba mucho a ese hombre. A Ian.
Había transcurrido un día después del funeral de Ian, cuando Vale llegó a mi casa desesperada. Gritando frases que no entendía en ese momento -¡Me mira fríamente!¡Yo no lo maté! ¡Yo no fui la culpable!- Lo único que pude hacer fue darle cobijo en mi casa, estaba destrozada.
- ¡Valeria cálmate! ¿Qué pasa? -fue lo único que pude responder.
Ella empezó a narrarme, de una forma muy poco entendible al principio, lo que había sucedido.
Entre llantos, gritos y lágrimas, fue muy poco lo que pude entender.
Dejé que durmiera aquí, sabía que no era sensato dejarla irse en su estado.
- Será mejor que te quedes... No estás bien
- Yo... yo.... quiero desaparecer...
Siempre repetía las mismas palabras, a los dos días de estancia aquí. Me comentó con mucha más tranquilidad lo que había pasado. Sí, yo conocía a Ian, pero me había distanciado ya mucho de Valeria como para conocer su situación de primera mano.
Al parecer, ella había estado involucrado en lo que serían lós últimos días de Ian y su esposa. Ian y Jenifer habian contraido matrimonio el mes pasado y justo cuando comenzaban su vida juntos, esta decidió ponerle fin a la misma. Mientras iban de viaje a celebrar su luna de miel, el auto en el que viajaban chocó, dando por conluída la vida de Jennifer y dejando a un herido Ian con vida.
La recuperación de Ian fue lenta, no poseía las ganas de vivir, pero Valeria llegó justo a tiempo para lograr reanimarlo. Ella estuvo junto con él todo el tiempo, tratando de distraerlo y levantarle el ánimo logrando poco a poco su estado de recuperación, por lo cual yo no comprendía que el se hubiera terminado suicidando una mañana de Abril.
La noticia se expandió por todos lados, Valeria estuvo a su lado ese desafortunado día, por lo cual fue considerada la primera culpable. Luego al examinar el cuerpo, se decretó que la muerte de Ian fue causada por un exceso de Neuryl, medicamento el cual no tenían idea de como pudo haber llegado a sus manos.
- ¡Yo no tuve la culpa! - siempre repetía Valeria cuando empezaba a recordar ese momento- Cuando desperté el estaba sentado en el mueble, ¡Parecía ver la televisión!... Pero cuando lo toqué... ¡el cayó sin vida sobre el mueble!
Recuerdo haber escuchado sobre eso en los noticieros, no fue muy agradable ver el rostro de Valeria en mucho tiempo y menos en la televisión como probable homicida.
-¡Yo quería ayudarlo!.... Pero el se enteró... ¡se enteró!
Yo lo averigué cuando fui al funeral de Jennifer, la conocía tanto a ella como a Ian y a Valeria de la universidad, solo que... yo me distancié por asuntos de trabajo. Jennifer había muerto... estando embarazada.
- ¡Será... una sorpresa!... siempre... me decía Jenni...fer - Valeria trataba de completar las frases mientras hablaba, el caso era muy duro para ella- Pero... no cre...í que su pro...pia madre... le contará a I...an.
Traje un poco de agua de azar para que se calmara, pero no quiso aceptarmelo. La abracé, en un ataque de no saber que hacer, ella me apretó fuerte contra sí.
- El... al recibi...r esa lla...mada...se... fue a dor...mir temprano. ¡No sabía que lo encontraría muerto luego! -gritaba, mientras me continuaba abrazando- ¡Su ma...dreme he...cha la... culpa!
-¿Por qué? Tú no tienes la culpa...
- ¡Es que fu...e fu..e.. fue...mi medicamento!!! -gritó- ¡Lo tomó!¡El se lo tomó!
Quedé en shock, ella me había contado en sus días aquí que tenía que medicarse por demasiadas preocupaciones en su trabajo, pero...
- Yo no sabía... aún así no fue tu culpa.
- ¡Si lo fue!- gritó mientras se apartaba de mí. Empezó a caminar en círculos alrededor de la sala, cepillando su cabello hacia atrás con sus dedos, sentí el absurdo temor de tener a una fiera apunto de atacar a su presa.
- ¡Yo era su enfermera Patrick!¡Mi tarea era cuidarlo! -se limpio las lágrimas de su rostro con una rápida sacudida- Pero...- cortó su frase para volver a sentarse a mi lado.
- Yo lo amaba... -me quedé atónito ante sus palabras- comencé a amarlo y deseaba lo mejor para él.
Continué sentado obrsevandola, mientras ella mantenía la mirada fija en el suelo. Valeria había sido mi enamorada durante la universidad, y aún... aunque el tiempo hubiese pasado... yo podía decir francamente que aún tenía sentimientos hacia ella.
- Eso no fue algo que planearas... tranquila... -trataba de consolarla, al ver que sus lágrimas iban sesando. Lo único que pude hacer fue rozarle el rostro con mis manos, pero estas denotaron un ligero temblor. Yo estaba asustado, por toda esta situación.
- ¿Por qué tiemblas? -me dijo fijando en mí su rostro serio- Crees que yo lo maté...
Fue lo último que dijo al volver a caer en llanto. No tenía palabras que decir, no sabía como consolarla o aliviarla, estaba hundida en un mar oscuro de recuerdos en el cual ella era la principal culpable de la muerte de su amado.
Al día siguiente y después de duros esfuerzos por tratar de hacerla dormir, ya estaba más calmada. Desayunamos como todos los días, entre un mar de disculpas y tortillas preparadas especialmente por ella en compensación de lo ocurrido la noche anterior.
- Olvidalo -decía mientras me llevaba un pedazo de tortilla a la boca
- Lo lamento mucho, de verdad -repetía en voz baja luego de dar un largo discurso, acerca de que aún no podía controlarse cuando hablabla del tema.
- Descuida, me preocupa que no duermas bien -le repetí, como las muchas veces que decía los mismo en las mañanas -procura que esta noche duermas mejor. ¿No te dicen nada en tu trabajo? -fue la primera pregunta que salía fuera de la rutina, ye tnía cuatro días aquí.
- No, ellos me han dado unos días libres. Por eso vine aquí... ¿te molesto? -preguntó. Nunca serías molestia decía una pequeña voz en mi mente, de la cual no tenía control.
- No, solo que me preocupa que te despidan - respondí
- Descuida, yo volveré allí, pero disculpame si todavía tenga que quedarme unos días más. No puedo tolerar mucho el ambiente de allá. Disculpa las molestias... -dijo al pararse, colocando los platos uno sobre el otro llevandolos a la cocina.
- Quedate cuanto quieras -susurré en voz baja mientras ella se alejaba.
- Gracias -giró en sí misma y me regaló la primera sonrisa que tenía, durante toda su estancia aquí.
La abracé, tratando de consolarla cuando comenzó a llorar.
- Yo... yo quería animarlo...
- Shhh, lo sé. No tienes que explicarme nada.
- Pero entonces ¿por qué?... ¿Por qué ella me mira así?... ¡Yo lo amaba!
Un fuerte punzón atravesó mi pecho al escuchar esa última frase, pero lo dejé de lado. Ella necesitaba mucha ayuda en ese momento.
- Yo estoy aquí... y te creo -susurraba mientras continuaba tratando de consolarla. Pero sus lágrimas no sesaban, amaba mucho a ese hombre. A Ian.
Había transcurrido un día después del funeral de Ian, cuando Vale llegó a mi casa desesperada. Gritando frases que no entendía en ese momento -¡Me mira fríamente!¡Yo no lo maté! ¡Yo no fui la culpable!- Lo único que pude hacer fue darle cobijo en mi casa, estaba destrozada.
- ¡Valeria cálmate! ¿Qué pasa? -fue lo único que pude responder.
Ella empezó a narrarme, de una forma muy poco entendible al principio, lo que había sucedido.
Entre llantos, gritos y lágrimas, fue muy poco lo que pude entender.
Dejé que durmiera aquí, sabía que no era sensato dejarla irse en su estado.
- Será mejor que te quedes... No estás bien
- Yo... yo.... quiero desaparecer...
Siempre repetía las mismas palabras, a los dos días de estancia aquí. Me comentó con mucha más tranquilidad lo que había pasado. Sí, yo conocía a Ian, pero me había distanciado ya mucho de Valeria como para conocer su situación de primera mano.
Al parecer, ella había estado involucrado en lo que serían lós últimos días de Ian y su esposa. Ian y Jenifer habian contraido matrimonio el mes pasado y justo cuando comenzaban su vida juntos, esta decidió ponerle fin a la misma. Mientras iban de viaje a celebrar su luna de miel, el auto en el que viajaban chocó, dando por conluída la vida de Jennifer y dejando a un herido Ian con vida.
La recuperación de Ian fue lenta, no poseía las ganas de vivir, pero Valeria llegó justo a tiempo para lograr reanimarlo. Ella estuvo junto con él todo el tiempo, tratando de distraerlo y levantarle el ánimo logrando poco a poco su estado de recuperación, por lo cual yo no comprendía que el se hubiera terminado suicidando una mañana de Abril.
La noticia se expandió por todos lados, Valeria estuvo a su lado ese desafortunado día, por lo cual fue considerada la primera culpable. Luego al examinar el cuerpo, se decretó que la muerte de Ian fue causada por un exceso de Neuryl, medicamento el cual no tenían idea de como pudo haber llegado a sus manos.
- ¡Yo no tuve la culpa! - siempre repetía Valeria cuando empezaba a recordar ese momento- Cuando desperté el estaba sentado en el mueble, ¡Parecía ver la televisión!... Pero cuando lo toqué... ¡el cayó sin vida sobre el mueble!
Recuerdo haber escuchado sobre eso en los noticieros, no fue muy agradable ver el rostro de Valeria en mucho tiempo y menos en la televisión como probable homicida.
-¡Yo quería ayudarlo!.... Pero el se enteró... ¡se enteró!
Yo lo averigué cuando fui al funeral de Jennifer, la conocía tanto a ella como a Ian y a Valeria de la universidad, solo que... yo me distancié por asuntos de trabajo. Jennifer había muerto... estando embarazada.
- ¡Será... una sorpresa!... siempre... me decía Jenni...fer - Valeria trataba de completar las frases mientras hablaba, el caso era muy duro para ella- Pero... no cre...í que su pro...pia madre... le contará a I...an.
Traje un poco de agua de azar para que se calmara, pero no quiso aceptarmelo. La abracé, en un ataque de no saber que hacer, ella me apretó fuerte contra sí.
- El... al recibi...r esa lla...mada...se... fue a dor...mir temprano. ¡No sabía que lo encontraría muerto luego! -gritaba, mientras me continuaba abrazando- ¡Su ma...dreme he...cha la... culpa!
-¿Por qué? Tú no tienes la culpa...
- ¡Es que fu...e fu..e.. fue...mi medicamento!!! -gritó- ¡Lo tomó!¡El se lo tomó!
Quedé en shock, ella me había contado en sus días aquí que tenía que medicarse por demasiadas preocupaciones en su trabajo, pero...
- Yo no sabía... aún así no fue tu culpa.
- ¡Si lo fue!- gritó mientras se apartaba de mí. Empezó a caminar en círculos alrededor de la sala, cepillando su cabello hacia atrás con sus dedos, sentí el absurdo temor de tener a una fiera apunto de atacar a su presa.
- ¡Yo era su enfermera Patrick!¡Mi tarea era cuidarlo! -se limpio las lágrimas de su rostro con una rápida sacudida- Pero...- cortó su frase para volver a sentarse a mi lado.
- Yo lo amaba... -me quedé atónito ante sus palabras- comencé a amarlo y deseaba lo mejor para él.
Continué sentado obrsevandola, mientras ella mantenía la mirada fija en el suelo. Valeria había sido mi enamorada durante la universidad, y aún... aunque el tiempo hubiese pasado... yo podía decir francamente que aún tenía sentimientos hacia ella.
- Eso no fue algo que planearas... tranquila... -trataba de consolarla, al ver que sus lágrimas iban sesando. Lo único que pude hacer fue rozarle el rostro con mis manos, pero estas denotaron un ligero temblor. Yo estaba asustado, por toda esta situación.
- ¿Por qué tiemblas? -me dijo fijando en mí su rostro serio- Crees que yo lo maté...
Fue lo último que dijo al volver a caer en llanto. No tenía palabras que decir, no sabía como consolarla o aliviarla, estaba hundida en un mar oscuro de recuerdos en el cual ella era la principal culpable de la muerte de su amado.
Al día siguiente y después de duros esfuerzos por tratar de hacerla dormir, ya estaba más calmada. Desayunamos como todos los días, entre un mar de disculpas y tortillas preparadas especialmente por ella en compensación de lo ocurrido la noche anterior.
- Olvidalo -decía mientras me llevaba un pedazo de tortilla a la boca
- Lo lamento mucho, de verdad -repetía en voz baja luego de dar un largo discurso, acerca de que aún no podía controlarse cuando hablabla del tema.
- Descuida, me preocupa que no duermas bien -le repetí, como las muchas veces que decía los mismo en las mañanas -procura que esta noche duermas mejor. ¿No te dicen nada en tu trabajo? -fue la primera pregunta que salía fuera de la rutina, ye tnía cuatro días aquí.
- No, ellos me han dado unos días libres. Por eso vine aquí... ¿te molesto? -preguntó. Nunca serías molestia decía una pequeña voz en mi mente, de la cual no tenía control.
- No, solo que me preocupa que te despidan - respondí
- Descuida, yo volveré allí, pero disculpame si todavía tenga que quedarme unos días más. No puedo tolerar mucho el ambiente de allá. Disculpa las molestias... -dijo al pararse, colocando los platos uno sobre el otro llevandolos a la cocina.
- Quedate cuanto quieras -susurré en voz baja mientras ella se alejaba.
- Gracias -giró en sí misma y me regaló la primera sonrisa que tenía, durante toda su estancia aquí.
martes, 8 de enero de 2013
Blue
A la persona que responde alegremente mis llamadas nocturnas, Liza
Estaba más alta...
- Lleva tacones... -reí, jamás la había visto usandolos.
¿Hace cuanto que no la veía? ¿Cinco meses...? ¿Seis...? No podía recordarlo...
La verdad... es... solamente que... no sé como describir lo que nos pasó.
La miré de pies a cabeza.
Te cortaste el cabello, antes siempre lo llevabas largo.
Nunca te había visto usando vestidos, pero el color azul hace lucir tu figura delgada
Llevas zapatos de taco, solo te había visto con zapatillas...
¿Porque repaso estas frases en mi cabeza, mientras sigo a la extraña?- me preguntaba. Es cierto, eso era ella para mí ahora. Una extraña...
¿Porqué la seguía...?
- ¡Solo estas siguiendo el camino hacia tu trabajo! -murmuré. Al darme cuenta de que ella giraba la cabeza -ya que al parecer mi murmullo no habría sido tan bajo- me escondí, como si de repente mi instinto de supervivencia saliera a trote, detras de un pequeño kiosko, del cual pocos minutos después la dueña me estaba botando al creerme un delincuente.
Al salir de nuevo a la vereda no pude encontrar a la extraña vestida de azul, la busqué por todos lados... por todos lados....por todos lados!
- Rayos, ¿Dónde estas?
- ¿Buscas a alguien? -giré al darme cuenta de su voz detrás mío, sorprendido de escucharla a ella... su voz..., esa voz que me cantaba levemente en el oído cuando estaba triste. "Es una bonita forma de animarte", decía. No pude soltar una sola palabra.
- Hola, como has estado...
- ... -Nada, no sabía que hacer al ver ese rostro al frente mío de nuevo. Despues de que terminamos... nunca pude ver sonreír su rostro como lo hacia ahora- Bien... -fue lo único que pude decir.
- Me alegro -respondió sonriente, pero rapidamente su expresion cambio al mismo tiempo que bajaba la cabeza para observar el leve meneo que hacia con los pies.
- Yo tengo que contarte algo... -continuó- Estoy saliendo con alguien...
Mejor golpe no me podía haber dado, ¡contemplandola así... tan bella! No pude decir palabra... no podía... después de lo que le hice, no...
- Yo... tengo que irme- decía levantando con mucho temor... o no se porque podría haber sido... la mano para poder despedirse.
La tomé de la mano, pero no pude resistirme a tenerla entre mis brazos nuevamente, al menos una vez más. De aquí nunca más volvería a ver a la extraña... yo mismo haría lo imposible para no toparmela...
Solo quería decirle algo... algo que resumía todo el conjunto de emociones danzantes en mi cabeza que poco a poco empezaba a ser saturada por el aroma de aquella extraña.
- Lo siento... -fue lo único que pude decirle al oído antes de dejarla libre, no quería que viese mi rostro... sentía como poco a poco una lágrima iba deslizandose sobre mi mejilla, hasta poder pobrar la sal que contenía. Levanté la mirada y ella estaba sonriendo... solo eso... una sonrisa triste, muy triste.
- Adiós -fue lo último que me dijo antes de cruzar la pista.
Vi como ese vestido azul se alejaba lentamente tras la señal que detenía a los otros carros, la vi irse, caminar... rozarse el rostro con las manos levemente y continuar su paso. No volteó.
Sabía que no lo harías... -pensé mientras yo regresaba por aquella avenida. Mi trabajo quedaba dos cuadras antes.
Estaba más alta...
- Lleva tacones... -reí, jamás la había visto usandolos.
¿Hace cuanto que no la veía? ¿Cinco meses...? ¿Seis...? No podía recordarlo...
La verdad... es... solamente que... no sé como describir lo que nos pasó.
La miré de pies a cabeza.
Te cortaste el cabello, antes siempre lo llevabas largo.
Nunca te había visto usando vestidos, pero el color azul hace lucir tu figura delgada
Llevas zapatos de taco, solo te había visto con zapatillas...
¿Porque repaso estas frases en mi cabeza, mientras sigo a la extraña?- me preguntaba. Es cierto, eso era ella para mí ahora. Una extraña...
¿Porqué la seguía...?
- ¡Solo estas siguiendo el camino hacia tu trabajo! -murmuré. Al darme cuenta de que ella giraba la cabeza -ya que al parecer mi murmullo no habría sido tan bajo- me escondí, como si de repente mi instinto de supervivencia saliera a trote, detras de un pequeño kiosko, del cual pocos minutos después la dueña me estaba botando al creerme un delincuente.
Al salir de nuevo a la vereda no pude encontrar a la extraña vestida de azul, la busqué por todos lados... por todos lados....por todos lados!
- Rayos, ¿Dónde estas?
- ¿Buscas a alguien? -giré al darme cuenta de su voz detrás mío, sorprendido de escucharla a ella... su voz..., esa voz que me cantaba levemente en el oído cuando estaba triste. "Es una bonita forma de animarte", decía. No pude soltar una sola palabra.
- Hola, como has estado...
- ... -Nada, no sabía que hacer al ver ese rostro al frente mío de nuevo. Despues de que terminamos... nunca pude ver sonreír su rostro como lo hacia ahora- Bien... -fue lo único que pude decir.
- Me alegro -respondió sonriente, pero rapidamente su expresion cambio al mismo tiempo que bajaba la cabeza para observar el leve meneo que hacia con los pies.
- Yo tengo que contarte algo... -continuó- Estoy saliendo con alguien...
Mejor golpe no me podía haber dado, ¡contemplandola así... tan bella! No pude decir palabra... no podía... después de lo que le hice, no...
- Yo... tengo que irme- decía levantando con mucho temor... o no se porque podría haber sido... la mano para poder despedirse.
La tomé de la mano, pero no pude resistirme a tenerla entre mis brazos nuevamente, al menos una vez más. De aquí nunca más volvería a ver a la extraña... yo mismo haría lo imposible para no toparmela...
Solo quería decirle algo... algo que resumía todo el conjunto de emociones danzantes en mi cabeza que poco a poco empezaba a ser saturada por el aroma de aquella extraña.
- Lo siento... -fue lo único que pude decirle al oído antes de dejarla libre, no quería que viese mi rostro... sentía como poco a poco una lágrima iba deslizandose sobre mi mejilla, hasta poder pobrar la sal que contenía. Levanté la mirada y ella estaba sonriendo... solo eso... una sonrisa triste, muy triste.
- Adiós -fue lo último que me dijo antes de cruzar la pista.
Vi como ese vestido azul se alejaba lentamente tras la señal que detenía a los otros carros, la vi irse, caminar... rozarse el rostro con las manos levemente y continuar su paso. No volteó.
Sabía que no lo harías... -pensé mientras yo regresaba por aquella avenida. Mi trabajo quedaba dos cuadras antes.
domingo, 6 de enero de 2013
Tic
- Hola, me llamo Esther, y los acompañaré como su nueva locutora en esta radio su favorita, Radio Universo
Así comenzaba otro programa, del cual ya no sería más locutora. No sabía como reaccionar ante el despido, pero creo que no lo tome del todo mal
- La nueva chica es algo sosa -me repetí a mi misma mientras me recostaba en mi sillón con una cafe mocca recién comprado. Subí el volumen de la radio, Queen lograba muchas maravillas en este momento, una de ellas sería claro esta, sacarme de mi coma post despido.
- Aquí teniamos a Queen con Don't stop me now, pasen sus pedidos queridos amigos cumpliré todos sus deseos musicales, en mi primer día de trabajo. Y vamos con la primera llamada....
Su voz estridente sonó por toda la casa, debí bajarle volumen a la radio a tiempo. Entró la primera llamada, y nadie contestaba.
- Parece que tenemos un pequeño problema con esta llamada así que pasaremos a la siguiente -se escuchó un tic, que denotaba el cambio de llamada- Aló, aquí Esther ¿con quien hablo?
La primera llamada siempre era algo estresante, podía ser una persona sumamente divertida y alegre o una persona tímida que podía hacer caer tu audiencia si es que tu no la animabas a que hablara mucho más de las dos palabras que ya habría pronunciado.
- Aló
- Hola, me gusta que seas considerado mi primera llamada amigo, ¿como te llamas?
- Andrés soy del Callao
- Chimpun....
- Callao! -gritó el muchacho del otro lado de la llamada "Truco viejo" me dije.
- Bien, dinos que vas a pedir -consultaba la "animada Esther", que rápido logro captar la atención del público.
- Quería mandar saludos antes de pedir mi canción
- Claro los que desees
- Saludos a Sarah, la antigua conductora! -salté de mi mueble, derramando un poco del café caliente sobre mi pierna- no sé que te habrá pasado muchacha, pero te mandamos un saludo de parte de todo tu club de fans -me quedé pasmada, en verdad ¿tenía yo un club de fans? Solo había pasado un año en la radio, antes de que decidieran que ese trabajo no era para mí- Quería pedir la canción de Queen Another one bites the dust, sabemos que regresarás muñeca; esta radio no es nada sin tí. Un tic, concluyo con la conversación.
Después de eso, solo se escuchó la canción pedida, no la voz de Esther. No lo negaba, me sentía mal por ella pero... no podía apagar mi alegría por esas personas que cada noche me habían seguido y que no querían que yo me fuera.
Me recosté en mi sillón y empecé a cantar junto con mis muchos fans aquella canción pedida.
Así comenzaba otro programa, del cual ya no sería más locutora. No sabía como reaccionar ante el despido, pero creo que no lo tome del todo mal
- La nueva chica es algo sosa -me repetí a mi misma mientras me recostaba en mi sillón con una cafe mocca recién comprado. Subí el volumen de la radio, Queen lograba muchas maravillas en este momento, una de ellas sería claro esta, sacarme de mi coma post despido.
- Aquí teniamos a Queen con Don't stop me now, pasen sus pedidos queridos amigos cumpliré todos sus deseos musicales, en mi primer día de trabajo. Y vamos con la primera llamada....
Su voz estridente sonó por toda la casa, debí bajarle volumen a la radio a tiempo. Entró la primera llamada, y nadie contestaba.
- Parece que tenemos un pequeño problema con esta llamada así que pasaremos a la siguiente -se escuchó un tic, que denotaba el cambio de llamada- Aló, aquí Esther ¿con quien hablo?
La primera llamada siempre era algo estresante, podía ser una persona sumamente divertida y alegre o una persona tímida que podía hacer caer tu audiencia si es que tu no la animabas a que hablara mucho más de las dos palabras que ya habría pronunciado.
- Aló
- Hola, me gusta que seas considerado mi primera llamada amigo, ¿como te llamas?
- Andrés soy del Callao
- Chimpun....
- Callao! -gritó el muchacho del otro lado de la llamada "Truco viejo" me dije.
- Bien, dinos que vas a pedir -consultaba la "animada Esther", que rápido logro captar la atención del público.
- Quería mandar saludos antes de pedir mi canción
- Claro los que desees
- Saludos a Sarah, la antigua conductora! -salté de mi mueble, derramando un poco del café caliente sobre mi pierna- no sé que te habrá pasado muchacha, pero te mandamos un saludo de parte de todo tu club de fans -me quedé pasmada, en verdad ¿tenía yo un club de fans? Solo había pasado un año en la radio, antes de que decidieran que ese trabajo no era para mí- Quería pedir la canción de Queen Another one bites the dust, sabemos que regresarás muñeca; esta radio no es nada sin tí. Un tic, concluyo con la conversación.
Después de eso, solo se escuchó la canción pedida, no la voz de Esther. No lo negaba, me sentía mal por ella pero... no podía apagar mi alegría por esas personas que cada noche me habían seguido y que no querían que yo me fuera.
Me recosté en mi sillón y empecé a cantar junto con mis muchos fans aquella canción pedida.
sábado, 5 de enero de 2013
Book
Me sumergí en el olor a libro viejo, ese que me transporta a viejos lugares, paises lejanos, ciudades extrañas y mundos distintos. Solo quería continuar leyendo, hasta que desperté.
- Levántate oye, ya es tarde -me dijo Jorge. ¿Piensas llegar al trabajo tarde otra vez?
- ¿Que hora es?
- Son las 5, ya deberías estar cambiada. Rayos, no soy tu padre.
- Lo siento -contesté, me levanté de la cama, y le dio beso en la mejilla- eres el mejor novio que he tenido
Me sujetó fuerte contra sí, abrazándome como todo el tiempo lo hacía, la sensación cálida en mi pecho al estar cerca de él nunca desaparecía.
- Me haces renegar demasiado -me susurró al oído.
- Sabes que tu eres el que no me deja dormir temprano -y acerqué mi rostro al suyo.
- Si sigues tentándome, te despedirán por llegar tarde -me dijo sonriendo
- No creo que lo hagan, es la primera vez en esta semana -así lo traje contra mí sobre la cama y comencé a besarlo, lo amaba.
Jorge era un chico corriente de la universidad, la verdad no me había percatado de su presencia hasta que me tope con el en la fotocopiadora.
- Lo siento mucho, no quise tirar tus hojas -dijo mientras se agachaba a recoger las separatas de práctica que tenía que llevarle al profesor.
- No te preocupes... -respondí, mientras yo también me agachaba a recoger las hojas.
- Soy demasiado torpe en momentos así.
- Jaja, eres la primera persona aparte de mí que se considera torpe
- Creí ser el único -me dijo- eres ingresante... ¿verdad?
- Si, se podría decir. Algunos le dicen "cachimba"
- Me parece un tanto ofensivo... -contestó sonriendo
- A mí me parece gracioso,... y una rara forma de vengarte de haber sido llamado así antes
- Te acompaño a tu clase -sujetó las hojas que había recogido y me hizo un gesto con la mano para ayudarme a pararme
- Esta bien...., gracias -acepté el buen gesto y caminamos juntos hacia el salón
- Dudo que seas cachimbo -le dije sonriendo cuando llegábamos a la puerta
- De hecho... estoy en tu salón... -me quedé sorprendida, nunca había visto su rostro.
-¿De verdad?... Lo siento mucho, soy muy despistada.
- No te preocupes, ha sido un lindo encuentro -dijo sonriendo mientras abría la puerta para que yo pasara
- Me parece que sí...
Todo este tiempo he vivido con él luego que terminamos nuestras carreras. No recuerdo cuanto tiempo llevamos juntos, soy muy mala recordando fechas. Pero, me alegraba haberme topado con él ese día.
- Creo que si ambos no salimos, nos despedirán -dije abranzádolo más fuerte junto a mi.
- Eres una persona que dice todo lo contrario a lo que hace -dijo mientras rozaba mis labios con sus dedos.
- No entiendo porque te encanta hacer eso -dije sonriendo-
- Eso es porque...
Mi libro calló de mi rostro a mi cama, y me levanté con gran rapidez. Era un sueño.
Jorge había muerto dos años antes, y yo seguía leyendo su viejo libro de cuentos. Era tal ves la razón por la cual seguía soñando con él. Mientras me colocaba mi ropa trataba de recordar que habría estado soñando, los sueños se me escapan de las manos como el agua de la ducha al bañarme.
- Ah, claro -me dije- esa pregunta...
A él le encantaba rozar mis labios con sus dedos, porque decía que era lo único que le hacia darse cuenta, que ese momento no era un sueño sino una de sus más grandes realidades.
- Levántate oye, ya es tarde -me dijo Jorge. ¿Piensas llegar al trabajo tarde otra vez?
- ¿Que hora es?
- Son las 5, ya deberías estar cambiada. Rayos, no soy tu padre.
- Lo siento -contesté, me levanté de la cama, y le dio beso en la mejilla- eres el mejor novio que he tenido
Me sujetó fuerte contra sí, abrazándome como todo el tiempo lo hacía, la sensación cálida en mi pecho al estar cerca de él nunca desaparecía.
- Me haces renegar demasiado -me susurró al oído.
- Sabes que tu eres el que no me deja dormir temprano -y acerqué mi rostro al suyo.
- Si sigues tentándome, te despedirán por llegar tarde -me dijo sonriendo
- No creo que lo hagan, es la primera vez en esta semana -así lo traje contra mí sobre la cama y comencé a besarlo, lo amaba.
Jorge era un chico corriente de la universidad, la verdad no me había percatado de su presencia hasta que me tope con el en la fotocopiadora.
- Lo siento mucho, no quise tirar tus hojas -dijo mientras se agachaba a recoger las separatas de práctica que tenía que llevarle al profesor.
- No te preocupes... -respondí, mientras yo también me agachaba a recoger las hojas.
- Soy demasiado torpe en momentos así.
- Jaja, eres la primera persona aparte de mí que se considera torpe
- Creí ser el único -me dijo- eres ingresante... ¿verdad?
- Si, se podría decir. Algunos le dicen "cachimba"
- Me parece un tanto ofensivo... -contestó sonriendo
- A mí me parece gracioso,... y una rara forma de vengarte de haber sido llamado así antes
- Te acompaño a tu clase -sujetó las hojas que había recogido y me hizo un gesto con la mano para ayudarme a pararme
- Esta bien...., gracias -acepté el buen gesto y caminamos juntos hacia el salón
- Dudo que seas cachimbo -le dije sonriendo cuando llegábamos a la puerta
- De hecho... estoy en tu salón... -me quedé sorprendida, nunca había visto su rostro.
-¿De verdad?... Lo siento mucho, soy muy despistada.
- No te preocupes, ha sido un lindo encuentro -dijo sonriendo mientras abría la puerta para que yo pasara
- Me parece que sí...
Todo este tiempo he vivido con él luego que terminamos nuestras carreras. No recuerdo cuanto tiempo llevamos juntos, soy muy mala recordando fechas. Pero, me alegraba haberme topado con él ese día.
- Creo que si ambos no salimos, nos despedirán -dije abranzádolo más fuerte junto a mi.
- Eres una persona que dice todo lo contrario a lo que hace -dijo mientras rozaba mis labios con sus dedos.
- No entiendo porque te encanta hacer eso -dije sonriendo-
- Eso es porque...
Mi libro calló de mi rostro a mi cama, y me levanté con gran rapidez. Era un sueño.
Jorge había muerto dos años antes, y yo seguía leyendo su viejo libro de cuentos. Era tal ves la razón por la cual seguía soñando con él. Mientras me colocaba mi ropa trataba de recordar que habría estado soñando, los sueños se me escapan de las manos como el agua de la ducha al bañarme.
- Ah, claro -me dije- esa pregunta...
A él le encantaba rozar mis labios con sus dedos, porque decía que era lo único que le hacia darse cuenta, que ese momento no era un sueño sino una de sus más grandes realidades.
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