Me sumergí en el olor a libro viejo, ese que me transporta a viejos lugares, paises lejanos, ciudades extrañas y mundos distintos. Solo quería continuar leyendo, hasta que desperté.
- Levántate oye, ya es tarde -me dijo Jorge. ¿Piensas llegar al trabajo tarde otra vez?
- ¿Que hora es?
- Son las 5, ya deberías estar cambiada. Rayos, no soy tu padre.
- Lo siento -contesté, me levanté de la cama, y le dio beso en la mejilla- eres el mejor novio que he tenido
Me sujetó fuerte contra sí, abrazándome como todo el tiempo lo hacía, la sensación cálida en mi pecho al estar cerca de él nunca desaparecía.
- Me haces renegar demasiado -me susurró al oído.
- Sabes que tu eres el que no me deja dormir temprano -y acerqué mi rostro al suyo.
- Si sigues tentándome, te despedirán por llegar tarde -me dijo sonriendo
- No creo que lo hagan, es la primera vez en esta semana -así lo traje contra mí sobre la cama y comencé a besarlo, lo amaba.
Jorge era un chico corriente de la universidad, la verdad no me había percatado de su presencia hasta que me tope con el en la fotocopiadora.
- Lo siento mucho, no quise tirar tus hojas -dijo mientras se agachaba a recoger las separatas de práctica que tenía que llevarle al profesor.
- No te preocupes... -respondí, mientras yo también me agachaba a recoger las hojas.
- Soy demasiado torpe en momentos así.
- Jaja, eres la primera persona aparte de mí que se considera torpe
- Creí ser el único -me dijo- eres ingresante... ¿verdad?
- Si, se podría decir. Algunos le dicen "cachimba"
- Me parece un tanto ofensivo... -contestó sonriendo
- A mí me parece gracioso,... y una rara forma de vengarte de haber sido llamado así antes
- Te acompaño a tu clase -sujetó las hojas que había recogido y me hizo un gesto con la mano para ayudarme a pararme
- Esta bien...., gracias -acepté el buen gesto y caminamos juntos hacia el salón
- Dudo que seas cachimbo -le dije sonriendo cuando llegábamos a la puerta
- De hecho... estoy en tu salón... -me quedé sorprendida, nunca había visto su rostro.
-¿De verdad?... Lo siento mucho, soy muy despistada.
- No te preocupes, ha sido un lindo encuentro -dijo sonriendo mientras abría la puerta para que yo pasara
- Me parece que sí...
Todo este tiempo he vivido con él luego que terminamos nuestras carreras. No recuerdo cuanto tiempo llevamos juntos, soy muy mala recordando fechas. Pero, me alegraba haberme topado con él ese día.
- Creo que si ambos no salimos, nos despedirán -dije abranzádolo más fuerte junto a mi.
- Eres una persona que dice todo lo contrario a lo que hace -dijo mientras rozaba mis labios con sus dedos.
- No entiendo porque te encanta hacer eso -dije sonriendo-
- Eso es porque...
Mi libro calló de mi rostro a mi cama, y me levanté con gran rapidez. Era un sueño.
Jorge había muerto dos años antes, y yo seguía leyendo su viejo libro de cuentos. Era tal ves la razón por la cual seguía soñando con él. Mientras me colocaba mi ropa trataba de recordar que habría estado soñando, los sueños se me escapan de las manos como el agua de la ducha al bañarme.
- Ah, claro -me dije- esa pregunta...
A él le encantaba rozar mis labios con sus dedos, porque decía que era lo único que le hacia darse cuenta, que ese momento no era un sueño sino una de sus más grandes realidades.
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