sábado, 19 de enero de 2013

Him

El ermitaño camina solo y muy pocas criaturas se acercan. A todas las aleja.
Un día el ermitaño se interesó por un pequeño animal.
El animalito no trataba de captar su atención como los otros animales; le interesó mucho y quiso saber más sobre este.
El ermitaño se detuvo en su solitario camino y trató de familiarizarse con el pequeño.
Conversaban, conversaban mucho, eran inseparables.
El ermitaño continuó su camino con el pequeño animalito.
Un día el ermitaño conoció a un demonio, y se interesó mucho por este.
El ermitaño narraba las aventuras del demonio con una gran emoción al pequeño animalito, y este temía muy en el fondo, que se olvidará de él por el demonio.
El ermitaño abrazaba al pequeño y este perdía el temor; sabía que su amigo nunca se iría.
Continuaban su recorrido, el ermitaño, el animalito y muy por detrás, siguiendolos muy cautelosamente, el demonio.
Un día el ermitaño se detuvo al ver a una hermosa mujer, curiosamente estaba un poco más adelante de su camino.
La mujer se acercó al ermitaño, parecía tan sorprendida de ver a otra persona como él.
La mujer y el ermitaño conversaban de muchas cosas, de su camino, de su soledad, y de como se había topado con el pequeño animalito; ella a la vez, le contaba cosas muy similares, eran muy parecidos.
El demonio observaba de lejos, el ermitaño no le había contado a la muchacha sobre su encuentro. Se había olvidado de él.
El demonio seguía observando, guardaba esperanzas de que lo recordara en sus historias.
El pequeño animalito observaba como el ermitaño sonreía junto a la mujer.
Un día el ermitaño se olvido de él animalito.
El animalito no volvió más.
La mujer y el ermitaño ahora caminan juntos, el demonio los observa y el animalito ya no esta.
El ermitaño recuerda al animalito, voltea en busca de él. Ya no estaba.
El animalito olvida al ermitaño.
El demonio continua observando.
El ermitaño extraña al animalito, camina junto a la mujer y el demonio continua observando.

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