sábado, 9 de febrero de 2013

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Me sobé los ojos con los puños, tenía muchas legañas.
¿Por cuanto tiempo habre dormido? -pensaba
Al lado de mi cama seguía estando el pequeño calendario con diseños de rosas en mi velador. El último día estaba marcado con una X.
- 20 de Enero del 2000 - me repetí a mi misma, encendí la tele y lo puse en el canal 7 sin moverme de mi cama, decía... 30 de Febrero del 2003.
Al parecer... había dormido durante tres años... me moví de mi cama y puse un pie en el piso, sentí con las yemas de los dedos algo bastante liso... observé lo que había abajo y me percaté de que había muchos cuadros empolvados tirados por toda la habitación.
Los cuadros eran del  tamaño de mi brazo y estaban apilados uno sobre otros, ¿que había estado haciendo antes de dormir? No podía recordarlo.
Al bajar de mi cama tuve mucho cuidado de no toparme con ninguno.
Me agaché a recoger uno de los muchos cuadros que había, busqué un pañuelo de mi cajón y limpié el vidrio. Al irse aclarando poco a poco la imagen, lágrimas de mis ojos comenzaron a brotar...
Aún así continuaba limpiándolo... una vez completamente limpio con la otra mano con la cual no sostenía el cuadro, me limpió los ojos que no dejaban de lagrimear. Furiosa y frustrada tiré el cuadro a un lado y senté en mi cama. Me limpié las lágrimas y busqué el cuadro entre los muchos cuadros empolvados. Estaba intacto.
En la entrada de mi cuarto había una bolsa de basura, parecía como si hubiese sido usada con anterioridad. No le presté atención y metí el cuadro allí.
Continué limpiando los otros cuadros, los cuales entre sonrisas y lágrimas fueron yendo uno por uno a la bolsa donde se enterraban los recuerdos.
Ahora solo quedaba uno, uno muy pequeño que se había escondido debajo de mi cama; esté no tenía polvo y pude notar la imagen claramente. No podía llorar más, mis ojos me dolían, pero... este cuadro me hizo perder la calma, me tumbé a mi cama y me puse a llorar como una niña que llora por un dulce no comprado.
Busqué la bolsa con los ojos desde mi cama y me visualice tirando el pequeño cuadro, pero no me movía...
- ¡No quiero! - gritaba sobre mi almohada- ¡No puedo!
Buscando un auxilio en mi mar de llanto encendí la televisión y lo busqué un canal infantil de los que recordaba. Me sorprendía que no hubiesen cortado ni la luz ni el agua en tres años. Sonreí un poco con las caricaturas, fue relajante. Apagué el televisor, y busqué nuevamente el pequeño cuadro, nuevamente se había perdido.
Pero lo encontré, estaba debajo de la almohada. Volví a observar aquella imagen, y con una sonrisa forzada me acerqué a la bolsa de basura que se encontraba a la salida de mi cuarto.
Abrí la bolsa... y... al abrirla mi mente comenzó a jugarme trucos.
Los cuadros que estaban adentro parecían moverse y reproducir la imagen colocada en ellos. No quería deshacerme de ellos. Mi mano rápidamente quiso botar todo lo que había adentro nuevamente al piso de mi habitación.
¿Nuevamente? -pensé.
En ese momento recordé lo que había pasado antes de haberme quedado dormida, había tirado todos los cuadros de la bolsa de basura a mi cuarto.
Observé nuevamente el cuadro pequeño y los cuadros de la bolsa, y sin pensarlo más, lo tiré.
Abrí la puerta de mi casa y la luz me cegó por un momento a lo lejos, pude observar un camión de basura que se acercaba. Un "que preciso" brotó de mi boca y al acercarse el camión, un hombre me pidió la bolsa que llevaba en la mano. La cogió y la tiró como si fuera lo más leve que hubiese cargado en el día. Lo ultimó que escuché, fue el vidrio romperse.

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