viernes, 3 de mayo de 2013

Important

-¿Que estas haciendo?
La pequeña levantó su mirada perdida, nadie le había dirigido la palabra en mucho tiempo.
-Espero -fue lo único que dijo al ver el rostro de la joven, y volvió a mirar hacia el suelo.
-¿A quién? -preguntó la joven, pero la pequeña no respondió.
Se detuvo un rato en su intento, y dirigió la mirada hacia todos lados quizá buscando a algún familiar de la pequeña niña.
-¿Hace cuanto estás aquí?
Esta vez, la pequeña solo respondió un -mucho- sin levantar la cabeza.
-¿Porque esperas a alguien que te olvido aquí?
La niña dio un respiro para demostrar la sorpresa con la que la había tomado tal afirmación.
-Por que, puede que en algún momento se acuerde de mí y vuelva, si yo me voy y no me encuentra, podría no volver a verlo nunca -dijo entre llantos.
-Pero tendrá que buscarte, si eres importante.
-Creo que ya no lo soy, porque sino no me hubiera olvidado aquí -decía mientras estrujaba sus ojos llorosos
-Si crees eso, ¿porque no te vas?
-Porque si me voy, puede que este más sola que antes.
-Pequeña.... -decía entre susurros mientras acariciaba su cabello- no puedes vivir de una falsa esperanza, mucha gente que pasa por aquí está preocupada por ti.
-No es cierto, nadie me ve -susurró.
-Yo te veo -afirmó, y fue lo que logró que la niña levantará la mirada hacia ella.
-Pero... ¿y... si vuelve...? - la pequeña decía sin parar de llorar.
-Cuando alguien te considera muy importante, no te deja esperando ni un solo momento- dijo la joven sentándose en cuclillas para lograr observar mejor a la niña- si esa persona no llega, no la esperes más. Se que pronto encontrarás a alguien, que no te olvide.
-No quiero esperar otra vez, ya no más.
-No tendrás que esperar más, porque llega cuando no lo esperas.
Mientras decía estás palabras, la joven cargó a la pequeña entre sus brazos, y la sacó fuera de la muchedumbre de gente.

-O eso fue lo que me contó -dijo el hombre que le narraba a su hija una historia antes de dormir-
-¿La pequeña niña volvió al lugar de su eterna espera? -preguntó a su padre.
Este sonriendo la besó en la frente y la acobijo en su cama.
-Se lo preguntaré cuando vuelva a casa, tu madre siempre me deja a la mitad de sus historias.

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