Habiamos planeado ya hace mucho tiempo ir, yo siempre le preguntaba quienes más irían pero nunca quiso decirme.
- ¿No sabes quienes más van a ir? -preguntaba mientras lo observaba llevarse un bocado de comida a a boca. Siempre que iba a hacerle alguna pregunta hacía lo mismo.
- No me han dicho nada -siempre la misma respuesta, faltaban 2 días para el Acustirock
- Que extraño, el año pasado creo que fue más gente -me recosté sobre la mesa resignandome a la idea de que nadie más iría.
- Voy a volver a preguntar -siempre decía y cuando volviamos a encontrarnos para almorzar, otra vez se repetía ese mismo círculo vicioso.
Pasaron los dos días y el concierto llegó al estadio de San Marcos, estaba nerviosa.
Que extraña sensación- pensaba. No entendía el porque.
Salí de mi casa y fui a encontrar a Jesús en la puerta tres de San Marcos.
- Siempre tan impuntual -me repetía a mi misma mientras esperaba.
- Disculpe señorita -no reconocía esa voz y giré rapidamente- ¿Espera a alguien?
- Por un momento no reconocí tu voz
- Disculpa la impuntualidad, creo que estás empezando a acostumbrarte -me dijo mientras se acercaba a darme un beso en la mejilla. Ese beso me dejo algo inquieta, creo que fue demasiado cerca de los labios.
- Descuida creo que he llegado algo temprano, es la primera vez que vengo a un Acustirock
- Me alegra que tu primera vez sea conmigo -tragé saliva
- Que raro sonó eso -reí, las cosas que decía Jesús eran raras, pero por suerte siempre supe que el solo jugaba así, y que nunca hablaba en serio.
- De verdad me alegra
Entregamos nuestros boletos para campo y entramos. Había un gran tunel, jamás había entrado al estadio.
- Que grande -me dije, creo que era una conversación interna con micrófono
- Te sorprendes muy facilmente, esto es grande, pero el campo a mi parecer es algo chico
Había un sol muy fuerte, bueno al menos eso sentí en mis brazos porque al ser Jesús muy alto tapaba mi rostro de aquel sol abrazador, ya habían salido dos grupos. No los conocía. Compramos un gran vaso de cerveza helada y nos sentamos en un lugar con sombra, hasta que saliera el siguiente grupo.
Una aclamación del público saludo a Rio que nos hizo levantarnos con gran rapidez y correr más cerca de ellos, dejando los vasos tirados en el piso, no habían tachos.
- Que horrible calor -decía a mi lado Jesús
- Por suerte te tengo de sombra -respondí empinandome para darle un beso en la mejilla
- Que viva eres -contestó, y se colocó detrás mío
- Tramposo -repliqué
- Mira, van a comenzar a tocar -fue lo último que dijo antes de girar y darme un beso en la mejilla para que no me molestara
Habían pasado ya 4 canciones, y comenzó
Mi princesa. Todos coreabamos pero habían algunos versos que me sorprendía que Jesús me dijese al oído. "
Ahora se que tu eres mi princesa" se me escarapelaba el cuerpo, eso lo acompañaba con un abrazo repentino. No me hacía sentir incómoda.
Después de saltar con
La universidad decidimos tomar un pequeño descanso hasta que llegara Líbido. Otra cerveza no hizo daño.
- Jesús, creo que te picas muy rápido -recordé lo ocurrido hace un momento
- No, estoy totalmente cuerdo -respondió serio. Soy muy tonta en estos casos, me gusta que me digan las cosas de frente, no sabía que estaba ocurriendo.
No volvió a hacer nada más, durante todas las canciones de Líbido se quedó a mi lado y saltabamos juntos, pero no volvió a hacer nada. Lo sabía, mis dudas estaban por demás.
La noche la cerrarían Mar de Copas y Amén, después de responder a las necesidades básicas empezamos a buscar espacio adelante para ver mejor, ser tan bajita no me ayudaba mucho.
- Si quieres te cargo -dijo entre risas
- Creo que no podrías sostenerme, fortachón -respondí sarcasticamente
Me miró con su rostro indignado falso y me hizo cosquillas.
- Esta bien, esta bien, no me burlo -fue lo único que pude decir entre risas. Me abrazó.
- Te dije que estaba totalmente cuerdo.
Me quedé algo fuera de lugar, la gente se amontonaba y nos hacía ir y venir de atrás hacia adelante. Me cubrió para que no me golpearan, para eso tuvo que colocarse detrás mio de nuevo. Volví a sentirme nerviosa. Entró con grandes palmas Mar de Copas. Todas las canciones eran fuertmente coreadas, y en
Mujer Noche volvió a hacerlo, "
Mujer noche, te volveré a atrapar". Cada vez con más frecuencia "
Ciega y viva de pasión, entre mis redes" me abrazaba con más fuerza.
Entró Amén, sinceramente sus canciones podían hacerme derramar más de una lágrima. Jesús limpiaba todas las que podía, algunas con sus besos. Cada vez me sentía más nerviosa.
- ¿Quieres estár conmigo? me preguntó mientras sonaba
Te quiero como música de fondo en un nuestra pequeña escena romántica
- Si -respondí sin dudas, abrazé sus brazos y giré para darle un beso que surgió tan naturalemente, como las lágrimas en
Decir Adiós. Salimos tomados de la mano, y fuimos a domir a su casa que quedaba cerca de San Marcos, dormimos abrazados ese día.