jueves, 10 de enero de 2013

Tears

- ¡¿Qué podía haber hecho yo?! -gritaba eufórica Valeria- ¡Yo no quería que lo hiciera, ese no fue mi propósito!... Yo quería animarlo... Yo no quería que eso pasará....

La abracé, tratando de consolarla cuando comenzó a llorar.

- Yo... yo quería animarlo...
- Shhh, lo sé. No tienes que explicarme nada.
- Pero entonces ¿por qué?... ¿Por qué ella me mira así?... ¡Yo lo amaba!

Un fuerte punzón atravesó mi pecho al escuchar esa última frase, pero lo dejé de lado. Ella necesitaba mucha ayuda en ese momento.

- Yo estoy aquí... y te creo -susurraba mientras continuaba tratando de consolarla. Pero sus lágrimas no sesaban, amaba mucho a ese hombre. A Ian.

Había transcurrido un día después del funeral de Ian, cuando Vale llegó a mi casa desesperada. Gritando frases que no entendía en ese momento -¡Me mira fríamente!¡Yo no lo maté! ¡Yo no fui la culpable!- Lo único que pude hacer fue darle cobijo en mi casa, estaba destrozada.

- ¡Valeria cálmate! ¿Qué pasa? -fue lo único que pude responder.

Ella empezó a narrarme, de una forma muy poco entendible al principio, lo que había sucedido.
Entre llantos, gritos y lágrimas, fue muy poco lo que pude entender.
Dejé que durmiera aquí, sabía que no era sensato dejarla irse en su estado.

- Será mejor que te quedes... No estás bien
- Yo... yo.... quiero desaparecer...

Siempre repetía las mismas palabras, a los dos días de estancia aquí. Me comentó con mucha más tranquilidad lo que había pasado. Sí, yo conocía a Ian, pero me había distanciado ya mucho de Valeria como para conocer su situación de primera mano.

Al parecer, ella había estado involucrado en lo que serían lós últimos días de Ian y su esposa. Ian y Jenifer habian contraido matrimonio el mes pasado y justo cuando comenzaban su vida juntos, esta decidió ponerle fin a la misma. Mientras iban de viaje a celebrar su luna de miel, el auto en el que viajaban chocó, dando por conluída la vida de Jennifer y dejando a un herido Ian con vida.

La recuperación de Ian fue lenta, no poseía las ganas de vivir, pero Valeria llegó justo a tiempo para lograr reanimarlo. Ella estuvo junto con él todo el tiempo, tratando de distraerlo y levantarle el ánimo logrando poco a poco su estado de recuperación, por lo cual yo no comprendía que el se hubiera terminado suicidando una mañana de Abril.

La noticia se expandió por todos lados, Valeria estuvo a su lado ese desafortunado día,  por lo cual fue considerada la primera culpable. Luego al examinar el cuerpo, se decretó que la muerte de Ian fue causada por un exceso de Neuryl, medicamento el cual no tenían idea de como pudo haber llegado a sus manos.

- ¡Yo no tuve la culpa! - siempre repetía Valeria cuando empezaba a recordar ese momento- Cuando desperté el estaba sentado en el mueble, ¡Parecía ver la televisión!... Pero cuando lo toqué... ¡el cayó sin vida sobre el mueble!

Recuerdo haber escuchado sobre eso en los noticieros, no fue muy agradable ver el rostro de Valeria en mucho tiempo y menos en la televisión como probable homicida.

-¡Yo quería ayudarlo!.... Pero el se enteró... ¡se enteró!

Yo lo averigué cuando fui al funeral de Jennifer, la conocía tanto a ella como a Ian y a Valeria de la universidad, solo que... yo me distancié por asuntos de trabajo. Jennifer había muerto... estando embarazada.

- ¡Será... una sorpresa!... siempre... me decía Jenni...fer - Valeria trataba de completar las frases mientras hablaba, el caso era muy duro para ella- Pero... no cre...í que su pro...pia madre... le contará a I...an.

Traje un poco de agua de azar para que se calmara, pero no quiso aceptarmelo. La abracé, en un ataque de no saber que hacer, ella me apretó fuerte contra sí.

- El... al recibi...r esa lla...mada...se... fue a dor...mir temprano. ¡No sabía que lo encontraría muerto luego! -gritaba, mientras me continuaba abrazando- ¡Su ma...dreme he...cha la... culpa!
-¿Por qué? Tú no tienes la culpa...
- ¡Es que fu...e fu..e.. fue...mi medicamento!!! -gritó- ¡Lo tomó!¡El se lo tomó!

Quedé en shock, ella me había contado en sus días aquí que tenía que medicarse por demasiadas preocupaciones en su trabajo, pero...

- Yo no sabía... aún así no fue tu culpa.
- ¡Si lo fue!- gritó mientras se apartaba de mí. Empezó a caminar en círculos alrededor de la sala, cepillando su cabello hacia atrás con sus dedos, sentí el absurdo temor de tener a una fiera apunto de atacar a su presa.
- ¡Yo era su enfermera Patrick!¡Mi tarea era cuidarlo! -se limpio las lágrimas de su rostro con una rápida sacudida- Pero...- cortó su frase para volver a sentarse a mi lado.
- Yo lo amaba... -me quedé atónito ante sus palabras- comencé a amarlo y deseaba lo mejor para él.

Continué sentado obrsevandola, mientras ella mantenía la mirada fija en el suelo. Valeria había sido mi enamorada durante la universidad, y aún... aunque el tiempo hubiese pasado... yo podía decir francamente que aún tenía sentimientos hacia ella.

- Eso no fue algo que planearas... tranquila... -trataba de consolarla, al ver que sus lágrimas iban sesando. Lo único que pude hacer fue rozarle el rostro con mis manos, pero estas denotaron un ligero temblor. Yo estaba asustado, por toda esta situación.
- ¿Por qué tiemblas? -me dijo fijando en mí su rostro serio- Crees que yo lo maté...
Fue lo último que dijo al volver a caer en llanto. No tenía palabras que decir, no sabía como consolarla o aliviarla, estaba hundida en un mar oscuro de recuerdos en el cual ella era la principal culpable de la muerte de su amado.

Al día siguiente y después de duros esfuerzos por tratar de hacerla dormir, ya estaba más calmada. Desayunamos como todos los días, entre un mar de disculpas y tortillas preparadas especialmente por ella en compensación de lo ocurrido la noche anterior.

- Olvidalo -decía mientras me llevaba un pedazo de tortilla a la boca
- Lo lamento mucho, de verdad -repetía en voz baja luego de dar un largo discurso, acerca de que aún no podía controlarse cuando hablabla del tema.
-  Descuida, me preocupa que no duermas bien -le repetí, como las muchas veces que decía los mismo en las mañanas -procura que esta noche duermas mejor. ¿No te dicen nada en tu trabajo? -fue la primera pregunta que salía fuera de la rutina, ye tnía cuatro días aquí.
- No, ellos me han dado unos días libres. Por eso vine aquí... ¿te molesto? -preguntó. Nunca serías molestia decía una pequeña voz en mi mente, de la cual no tenía control.
- No, solo que me preocupa que te despidan - respondí
- Descuida, yo volveré allí, pero disculpame si todavía tenga que quedarme unos días más. No puedo tolerar mucho el ambiente de allá. Disculpa las molestias... -dijo al pararse, colocando los platos uno sobre el otro llevandolos a la cocina.
- Quedate cuanto quieras -susurré en voz baja mientras ella se alejaba.
- Gracias -giró en sí misma y me regaló la primera sonrisa que tenía, durante toda su estancia aquí.

2 comentarios:

  1. Buena historia. Cada día hay algo nuevo, me encanta! c:

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    1. Gracias, buscaré algo que me inspiré, creo que la mayoría de mis historias son tristes :)

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